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ESCOLTAS: LA SOMBRA QUE ME PROTEGÍA DE ETA

SANGRE EN LAS CALLES

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Rodrigo Parrado

EPISODIO 4

La violencia dejó de ser una amenaza lejana y se volvió una realidad brutal. Escoltas y protegidos enfrentaron un peligro constante, donde la experiencia y la rapidez eran su única defensa

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Transcripción

Episodio 4 Sangre en las calles

ISRAEL VIANA: Bueno, Javier, me gustaría entrar ahora en un terreno que es un poco más complicado, tal vez sea difícil de recordar, pero bueno, en el País Vasco, hablando de esta época de finales de los 90 y principios de los 2000, ¿qué sentía alguien cada vez que sonaba el teléfono?

JAVIER PAGOLA: Pues lo normal es que esperara una mala noticia. Ten en cuenta que yo de unos cuantos asesinatos de personas que conocía, pues me entere por teléfono, obviamente. De hecho, Gregorio Ordóñez, Juan María Jáuregui, José Luis López de la Calle. Son personas que me enteré porque me llamó alguien por teléfono y entonces siempre era una muy mala noticia. Generalmente era muy mala noticia.

IV: ¿Recuerdas la llamada que más te afectó o que más daño te hizo?

JP: Bueno, yo creo que fue la de sin duda la de la que más me afectó fue la de Gregorio Ordóñez. Y luego hay una que me impresionó mucho. Fue en un verano tremendo en el que ETA empezó a salir muy fortalecida de la tregua trampa que hizo en torno al pacto de Estella. Entonces yo recuerdo que en un fin de semana para que me fui a un chalet que tenían mis suegros en la sierra y entonces me llamó un amigo policía. Claro, y dije “una mala noticia, no me puede llamar para algo bueno”, no me iba a llamar para decir que estaba en la playa. Y me dijo “¿No te has enterado? Han matado a Jáuregui. Bueno, está medio muerto. Se lo llevan, pero vamos está en estado crítico. Yo en ese momento pensé que era Ramón Jáuregui. “No, Ramón, Juan María”, que también me impresionó porque yo con este tuve una relación muy particular. Él se creía que iba, que iba a acabar él solo con ETA porque era euskaldun. “Conmigo no se van a meter” y mira por donde, pues también lo mataron, ¿no?

CÉSAR CHARRO: Yo tengo una foto con José María Lidón poniéndome la toga y el birrete cuando termine la carrera. Yo lo conocía y me impactó mucho

ROSA AMOR: A mí, por ejemplo, el que me marcó mucho fue el del cuartel de Zaragoza. La masacre que hubo allí con todos los niños, pues fue una cosa que me marcó un montón. Pero bueno, como esa pues un montón de casos famosos, como por ejemplo cuando yo era muy niña, que no sé si tendría 11 o 12 años, pues el niño aquel que por dar una patada a una caja que había al lado del contenedor, pues explotó y perdió la pierna, el brazo, el ojo. O sea, pues cosas de esas que te marcaban. Al final, claro, hasta algo tan simple como decir bueno, encuentro una caja, le doy una patada. Pues dices, “oye, andar con cuidado a ver lo que hacéis que os puede costar la vida”.

IÑAKI URAGA: Los que más me afectaron al final fueron el que sufrió Jorge Díaz Elorza, que perdió la vida junto a Buesa y luego me afectó uno muy directamente porque me pilló trabajando justo esa semana en Donosti. Dormíamos en el Hotel Amara. Y fue cuando asesinaron a Zamarreño con una motobomba que la pusieron donde iba por el pan todos los días. El escolta le dio espacio y tuvo la suerte de como no, no acababa de quitar esa rutina, pues darle más distancia y el escolta se salvó por los pelos. Eso me afectó mucho

TABOADA: El atentado que más me ha marcado ha sido, con diferencia, el de mi compañero de voleibol. Soy Juan Luis Blanco Taboada, “Tabo”, escolta privado y compañero de voleibol de Eduardo Madina, cargo del PSOE que sufrió un atentado en el año 2002. Fue duro por la parte personal. Fue duro porque no sabía por qué, no entendía por qué.

EDUARDO MADINA: En aquellos años no tenía, no tenía una relación normalizada con los escoltas, no tenía escolta. Mi nombre es Eduardo Madina y en el año 2002 era miembro de las juventudes socialistas de Euskadi. Tampoco te paras a pensar que la necesites. En la medida en que nadie de la policía o de la Ertzaintza te ha llamado para decirte que necesitas eso. Es una situación un poco paradójica, ¿no?

FEDERICO AYALA: Soy Federico Ayala, responsable de documentación y archivo del periódico ABC. Tengo aquí delante el periódico del 20 de febrero del 2002 con la noticia del atentado contra Eduardo Madina. ETA ha mutilado a un joven socialista. Es el titular al que acompaña una foto bastante dura del coche de Madina, completamente destrozado. En las páginas interiores se especificaba que Eduardo Madina perdió una pierna al estallar una bomba lapa que ETA puso en su coche.

EM: Dedicaba a la política cuatro o cinco horas a la semana en el contexto del País Vasco, pues tampoco iba uno contando nada porque yo no salía en los medios de comunicación así de masa, sobre todo de las Juventudes Socialistas. Ibas a manifestaciones, dabas la cara, pero no había un conocimiento de Eduardo Madina como un referente político de nada, porque era un militante prácticamente de base de las Juventudes Socialistas de Euskadi. Sabía que estaban cerca, que nos rodeaban, pero nunca sentí una amenaza personalizada. Hacía mi trabajo, iba a estudiar. Jugaba voleibol en un equipo en Primera División nacional. Tenía una vida normal. Mi día a día era mi trabajo, mi máster y mi equipo de voleibol. Y mis amigos.

T: Yo jugaba vóley con un cargo del PSOE y no lo sabía. Y hemos estado varios años compitiendo en contra del otro y compañeros de equipo. Y cuando me llaman y me dicen que es tu compañero de voley, le digo “¿Pero quién?” Dice Eduardo Madina”. Pero por qué? O sea, no entendía absolutamente nada. Y fue en el pueblo donde yo trabajaba.

EM: Y es verdad que en las conversaciones en un vestuario van sobre la vida, sobre el trabajo, sobre el equipo, sobre el juego del equipo, sobre los jugadores del equipo, mucho más que sobre otros asuntos. Yo sí sabía que él se dedicaba a la seguridad porque sabía que era su profesión. Y la verdad es que creo que fue muy valiente trabajando en una actividad que no era precisamente fácil en aquellos años. Todo lo contrario, exigía mucha valentía, muchos valores de los tuvo, ¿no? Así que para mí fue un orgullo formar parte del mismo equipo y del mismo vestuario que él. Han pasado más de 20 años. En realidad ha consistido en que las imágenes del atentado ya no me visitan a mí, sino que las visito yo a ellas cuando quiero, cuando quiero en el sentido que llega alguna razón por la cual volver a visitarla. Los primeros años era un poco al revés. Venían ellas cuando querían más hacia mí y determinaban mucho mis días, mi estado de ánimo, mi relación con aquel atentado. Hoy lo manejo más yo, pero no quiero que se me olvide porque fue seguramente el peor día de mi vida, con mucha diferencia. Y estuve muy cerca de no contarla. Así que creo que este es un acontecimiento como que merece respeto. Y el respeto también demanda memoria.

T: Yo estuve con él desde los primeros minutos hasta que salió del hospital todo lo que pude y llegué a un acuerdo con mis compañeros en el Ayuntamiento de Barakaldo y con mi protegido. Y estuve allí todo el tiempo que pude apoyando a los padres, porque yo con él prácticamente no estaba. Pero ver a los padres en la sala de espera para mí es un recuerdo, yo creo que posiblemente de las experiencias más duras que he vivido con diferencia.

EM: Después del atentado. Pensé que volvían. Y durante un tiempo largo, tuve mucho más miedo que antes. Lo hablaba a menudo con los escoltas. Lo hablaba bastante con ellos y me ayudó mucho ese tipo de conversaciones con los escoltas dentro del propio coche para ir matizando aquella percepción y aquel nivel de miedo que fue mucho mayor después que antes. Las semanas posteriores a un atentado cómo pienses y qué decisiones tomes pues de alguna manera van a determinar tu vida, porque no son semanas normales, son semanas decisivas que van a orientar tu relación con lo que acaba de pasar, con el pasado, con el futuro.

FA: Madina vuelve a salir en prensa el día 25 abril del 2002, cuando concedió la primera rueda de prensa tras el atentado. De hecho, tenemos el sonido de aquella comparecencia.

EM: Quiero deciros a todos que os agradezco mucho que estéis hoy aquí, que me encuentro bien, que me encuentro fuerte, que tengo el corazón templado y emocionado, como podéis ver. Que no siento odio gracias al acompañamiento de mi compañero Dani. Tengo ganas de decir bien alto. Decirles a ellos y a todos que tras las bombas y las lágrimas en Euskadi, los jóvenes socialistas vascos seguimos luchando

EM: Creo que tuve la suerte. No sé muy bien de dónde salió todo aquello de pensar muy bien, de pensar de manera limpia, de no dedicar tiempo a sentimientos muy oscuros que no iban a ser eficaces desde el punto de vista de la salida de donde estaba, que era un enorme reto físico, psicológico, emocional, familiar. Aquella experiencia me enseñó que a veces, en los momentos más difíciles y en los momentos peores, es cuando se producen los pensamientos mejores. Y bueno. He tratado de imitarlo después y no he tenido la misma suerte. Pero bueno, no pasa nada.

T: No hablé de ese tema nunca jamás en la vida con él. Fíjate lo que te digo a día de hoy. Me apostaría a que si un día coincidimos tomando un café o tomamos una cerveza, hablaremos de voley o de sus aitas. Pero no creo que hablemos nunca del atentado. Seguro. Además, no soy de esa gente.

IV: Si pudieras decirle algo en estos momentos a Eduardo Madina, ¿Qué le dirías?

T: ¿Por qué no se apoyó en mí? Si yo le tengo que preguntar algo, le diría sabiendo que iba armado. Sabiendo como nos conocíamos. Insisto, no nos llevamos especialmente bien, compañeros de equipo. Pero, ¿por qué no se apoyo a mí? ¿Por qué no me lo dijo? Me habría costado lo mismo acompañarle a casa a él antes de yo ir a recoger mi coche. Por ejemplo, cuando veníamos de un partido. O sea. A mí me dejaban en el barrio donde él vivía. ¿Qué me habría costado? La acompañaba a casa antes de ir a por mi coche. Le acompañaba a casa. Volvía. ¿Por qué no confío más en mí?

EM: Que además él bastante tenía con su trabajo, ¿no? Muchas horas de trabajo. Entrenábamos juntos y después ponte otra vez a hacer labores de escolta para un compañero de equipo. Hubiera sido estupendo. Pues fíjate, si yo hubiera sabido que necesitaba escoltas, a lo mejor hubiera evitado el atentado. No. No lo sé. Bueno, eran años muy difíciles ahora. Y como él dice, también. Pues éramos muy jóvenes.

IV: ¿Conoces Javier algún atentado o intento de atentado en el que la maniobra del escolta haya salvado la vida de su protegido?

JP: Sí, me consta que ha habido varios, pero recuerdo uno también por cercanía. Creo que fue en 1997. La entonces concejala Elena Azpiroz. Ella iba a salir. Entonces ella se asomó al balcón. Intuición femenina y vio algo que le extrañó. Llamó al escolta. Entonces el escolta que andaba por abajo ya vio algo extraño. Y se acercó, pero con mucha precaución. A lo lejos. El no vio que dentro de otro coche había otro tío con una escopeta. Entonces le disparó en la cabeza, lo dejó malherido, sobrevivió. Y entonces pues bueno, pues ya de esa forma pues salvó la vida de Elena Azpiroz.

FA: Uno de los casos más sonados en los que la acción de la escolta fue salvadora es el de la concejala socialista Esther Cabezudo. A veces lo cuenta en sus páginas del 1 de marzo del 2002. Dice así “la pericia del escolta y un camión que se interpuso salvaron la vida a la edil del PSOE”. En el cuerpo de la noticia. Se cuenta que había un carrito de la compra de los que llevan los repartidores de propaganda que estaba en medio de la calle. Ese pequeño detalle hizo que el escolta decidiera cruzar a la otra acera.

CC: La mujer esta que que fue, que era concejal de del Partido Popular o socialista de Portugalete, Esther Cabezudo. Esta mujer sufrió un atentado. Yo le conocía a su escolta y me dijo lo que decíamos antes “vamos por donde habitualmente y tal y vi un coche que estaba como raro que no me sonaba y le dije, Esther, vamos a cambiar de acera. Y en ese momento estalló. Bueno, pues esas cosas al final dices “hombre, lo que lo que yo les he podido aportar, pues ha servido. Ha servido.”Es que ese es el gran triunfo. Desde que se pusieron los escoltas privados no murió ningún protegido. No hubo ningún enfrentamiento directo. Bueno, perdón, yo recuerdo un muerto. Un escolta muerto por una mala praxis.

FA: La portada de ABC del 3 de abril del 2002 salió con el siguiente titular. Muere un escolta al confundir a la Guardia Civil con terroristas. La noticia cuenta que Joseba Andoni Urbanismo creía que pretendían atentar contra su protegida, la concejala socialista de Lezo, Ainhoa Villanúa. Lo que sucedía es que realmente eran agentes de la Guardia Civil que iban de paisano porque estaban en un operativo y claro, iban armados y repelió la agresión de la escolta.

AINHOA VILLANÚA: No me acuerdo, cuando me presentaron a Joseba teníamos tantos cambios que al final ya me perdí. De hecho, yo hay cosas que le tengo que preguntar a mi hermana o a mis amigas, pero digo esto cómo era y me cuentan más ellas a mí de lo que yo recuerdo. Es un chico que yo consideraba bastante bueno. O sea, es que él también me contaba su vida y le contaba la mía tal bueno, él veía la mía, más bien él me contaba la suya, conocí a su mujer y bueno, pues era era bastante chico para no sé, trabajar, muy profesional. Joseba era muy profesional. El más meticuloso quizás de o de los más meticulosos

AV: No sé cómo llamarlo. Al final es que atentado, no es un atentado en realidad. Al final, que puede ser el término más apropiado, yo creo que sería accidente. Porque es lo que fue un accidente, un malentendido. Fue un error. Ese día me dormí. Iba tarde a trabajar. Me quise tomar el café. Mira, es una cosa que hacía mal porque siempre hacía esa rutina ir a tomarme el café en el mismo sitio, en el mismo bar. Me tomo el café, salimos y ocurrió de repente. Empecé a oír que Joseba gritaba. Le vi que sacaba el arma y nada. Bajamos las escaleras a por los coches y ahí fue todo. Empecé a oír disparos y nada. Me protegí detrás de los contenedores de basura que había allí, donde teníamos los coches aparcados y nada. Salimos del bar y fue eso, bajar las escaleras. Y ahí empezó. Es que no me daba cuenta de nada, la verdad. Yo siempre iba pensando igual en mis cosas y bueno, él era el que estaba vigilándonos. Me apartó a mí. Me acuerdo con el brazo y ya se quedó ahí disparando. Es que me entró como un instinto de supervivencia que si no hubiera sabido nunca que yo tenía eso, porque fue escaquearme como pude y meterme detrás de los contenedores. Ahí me quedé escuchando disparos. Me recorrí toda la acera hacia arriba, crucé la carretera y me acuerdo que pedí auxilio en una asesoría que había ahí, que me abrieron la puerta y estuve ahí. No me acuerdo ni de la gente que había. Se que era una chica la que me abrió y les dije que había un tiroteo y no sé, es que estaba súper nerviosa. Es que estaba viviendo un momento como, no sé, esa sensación de como que estás soñando fue algo, no sé, o sea, muy fuera de la realidad.

CC: Es un guardia civil que está persiguiendo a un delincuente. Están persiguiendo a dos guardias. A un delincuente común. Por un tema de drogas. Bueno, le dispara y le pega dos tiros en el pecho. Gracias a Dios, el guardia lleva un chaleco y no lo mata. El compañero que venía un poco más detrás, pues lógicamente le dispara a Joseba porque acaba de disparar a su compañero en un acto de legítima defensa. Le dispara y lo abate.

AV: Al rato de estar en esa asesoría bajé, no sé cómo, bajé hasta donde estaban los contenedores. Y vi a Joseba ahí en el suelo. Le vi con los labios morados y recuerdo que yo no le veía nada. Entonces le decía “Joseba, Joseba, ¿qué te pasa?”. Al final ya miré y tenía un disparo y de repente apareció un chico. Yo sé que le decía “Joseba, no te mueras, Joseba, no te mueras”. O sea, hasta ahí recuerdo. Le digo “soy Ainhoa Villanúa y este es mi y este es mi escolta”. Sé que el tipo se puso blanco. Me dice “Soy teniente coronel de la Guardia Civil”. Y yo le vi que le cambiaba la cara de color. Joseba se hirió a un guardia, le disparó en la pierna. Y entonces le había disparado a un guardia civil que se llamaba Rubén, que tenía 26 años entonces. Y cuando pasaba yo por ahí otro guardia, me gritó “hazle un torniquete, haz un torniquete”. Y yo, histérica perdida, le dije “no sé hacer torniquetes”

CC: La única oportunidad que tienes cuando tú sales de un sitio y vienen a por ti es regresar al sitio, parapetarse detrás de la barra, en la cocina, en un sitio lo más seguro que puedas, pero en la calle de pie no tienes ninguna cobertura. Te van a abatir sí o sí. Es duro decirlo, pero murió por una mala praxis en su trabajo, por un mal análisis de la situación.

MANUEL GARRE: ¿Crees que se podía haber evitado?

AV: Claro que se podía haber evitado. Por supuesto. Sí, yo creo que ahí si la Guardia Civil hubiera hecho una labor como pues mucho más correcta, ¿no? Tendría que haber habido una coordinación ahí que hubiera evitado que, que Joseba hubiera muerto. Fui al tanatorio. Estuve con su madre. Su madre estaba deshecha, la pobre. Yo no me acuerdo que yo no quería verle más. Pero ella me llevó: “míralo, pobrecito, que está aquí tal” y pues es una madre con mucho dolor. Se habían cargado a su hijo de 32 años. Vamos, un chaval.

FA: Dos días después del accidente. Como lo llamaba Ainhoa. ABC recogía que la familia del escolta fallecido no iba a recibir las ayudas de las víctimas del terrorismo. De hecho, contábamos que el propio Ministerio del Interior no consideraba a Joseba una víctima del terrorismo simplemente porque no se ajustaba a las premisas que debía cumplir un asesinado por ETA.

AV: Tengo claro que es una víctima del terrorismo. O sea, lo tengo súper claro, porque al final sí, fue un accidente, un error, pero si no hubiéramos tenido la coyuntura esta de las circunstancias del terrorismo, a Joseba no le hubiera pasado eso. O sea, yo tengo muy claro que es una víctima del terrorismo y no lo sé, pero espero que su familia haya recibido la compensación de las víctimas del terrorismo, espero.

EUROPA PRESS: ETA ha asesinado de nuevo. Un policía nacional ha muerto al estallar un coche bomba en la localidad vizcaína de Arrigorriaga. El artefacto ha explotado sobre las 09:05. Dentro del vehículo se encontraba un agente de este municipio bilbaíno.

IV: Javier, Nos acercamos al final de esta historia y quiero que me cuentes qué recuerdas exactamente del último asesinato de ETA en el País Vasco.

JP: Bueno, sí, Todos. Sí. Todos los asesinatos de ETA han sido totalmente, aparte de injustos y perversos, han sido absurdos gratuitos porque no ha conseguido nada. Pero sí hay alguno todavía mucho más absurdo era este último, porque para entonces ETA ya tenía prácticamente decidido dejar definitivamente la actividad terrorista

IV: Hablamos de Eduardo Puelles

JP: Eduardo, pues sí, que fue además dantesco, porque si no recuerdo mal, pues era una bomba lapa en su coche. El hombre intentó salir y hubo vecinos que lo vieron envuelto en llamas pidiendo auxilio. Enseguida ardió todo el coche. Nadie le pudo ayudar, aunque hubiera querido. Eso fue cruel, tremendo y absurdo. Absurdo.

AITOR GOIKOETXEA: Me comentó “Aitor, ten cuidado”, estaba con mi hermano. Estamos los tres. Os comento: “Aitor, Ibon, tened cuidado porque sabemos que hay un atentado inminente. Va a haber un atentado en Bilbao. Lo sabemos porque tenemos información. Da igual, tened mucho cuidado”. O sea, él dándonos a nosotros lo que es la premisa de que tengamos cuidado y a la semana el atentado fue contra él, ¿no?

FA: Bueno, la verdad es que ya se nota el paso del tiempo. Este periódico es del 20 de junio del 2009 y se parece más al que tenemos ahora. ABC tildaba de héroe antiterrorista a Eduardo Puelles. En las páginas del periódico se lee que los etarras utilizaron una bomba muy potente entre kilo y medio y dos kilos y que encima la colocaron junto al tanque de gasolina del vehículo. La imagen que se publicó era muy dura, la verdad.

AG: Y ya lo habían intentado. Pero aquel día se escondieron muy bien y le cazaron. Y yo estaba estaba volviendo de Barcelona. Me llamó mi hermano y me lo dijo. Teníamos una relación no estrecha, estrecha, pero sí muy profesional. Y claro, dentro de este mundito siempre te pregunta ¿qué tal estás? Bien. Un mensaje, un SMS, porque antes no estaba WhatsApp y entonces, bueno, siempre había un contacto, lo que es “tened cuidado ahí afuera”. O a veces nos pasaba un poquito de información. ¿Qué iba a hacer yo? ¿Que íbamos a hacer mi hermano y yo? Evidentemente dijimos “vamos a seguir”. Como ya sabían que con nosotros ya no podían, mi padre ya no podía convencernos y mi madre ya no podía convencernos, pues lo único que nos decía es tener mucho cuidado. Por favor. Encontré el sentido de que dije: “le han cazado y le han cazado”. Dije “ahora tengo que ser mejor que nadie. Fue al contrario. Fue una especie de motivación y de como una forma de honrar la vida de mi primo.

FA: El 1 de marzo de 2011, a sólo siete meses de que anunciara su final. Esto lo publicamos online. Europa Press entrevistó a Josu Puelles, hermano del inspector Eduardo Puelles.

JOSU PUELLES: Y luego mandar un mensaje a todo el mundo sociológico de ETA y político y decirles que cada día que pasa, como ya he manifestado, cada día que pasa es un día que pierden para demostrar fehacientemente que están por la labor de apostar por la vía pacíficas, democráticas y políticas.

AG: Después de Eduardo Puelles, que era mi primo, hubo otros dos asesinatos que fueron dos guardias civiles con un artefacto explosivo. Fue uno de los últimos asesinados por ETA. Estaban negociando entre ellos, pero por notas de prensa nos íbamos enterando.Entonces ya te has dado cuenta de que sigue negociando.

IU: Empezó al run run ya de que ETA que parece que va a dejar las armas, que parece que va a dejar las armas, que tal, que cual, que mañana igual sale el comunicado, que va aquí, que esto lo otro. Y sí me acuerdo que estaba por la mañana llevando a mi mujer. Estábamos yendo a un polideportivo a Fadura de repente pum

EFE: El esperado anuncio se ha producido al fin. La banda terrorista ETA ha declarado el final de la violencia. Lo ha hecho a través de un comunicado publicado en texto y en vídeo

Javier Pagola: Pero yo estaba, como tenía alguna duda, está claro. Llamé a gente de servicio información de la Guardia Civil que me dijeron “es que no dan ni ponen ninguna condición”. Este es el definitivo.

AG: ¿Y ahora qué voy a hacer? ¿Me voy al paro, monto un negocio? Fue que me quedé en blanco

El miedo dejó de ser una posibilidad abstracta y se convirtió en sangre sobre el asfalto. Juan Luis Blanco Taboada, más conocido como Tabo entre sus compañeros escoltas, era también jugador de voleibol en Primera División, vio cómo el terrorismo marcaba para siempre la vida de su compañero de equipo. Su nombre era Eduardo Madina, dirigente por aquel entonces de las juventudes del Partido Socialista. Eduardo Madina perdió una pierna en aquel trágico atentado y su compañero de equipo dejó de ser escolta por unos días para convertirse en otra cosa.

Ainhoa Villanúa, concejala en Lezo, empezó su día con un café y lo terminó con una imagen que nunca lograría borrar de su memoria. Y Aitor, tras una década protegiendo a otros, recibió una llamada de su hermano que le anunció lo impensable: la violencia había vuelto a golpear demasiado cerca. En ese juego de amenazas y plomo, nadie era intocable.

«Los escoltas hicimos un buen trabajo porque aprendimos. Porque a base de palos aprendíamos», estas palabras ejemplifican a la perfección como los escoltas rápidamente entendieron que su supervivencia y la de sus protegidos dependía de convertirse en «los mejores».

Cuatro meses de investigación periodística, de entrevistas y revisión de documentos destapa la parte más cruda del conflicto. Cada conversación reconstruye una historia de resistencia, estrategias de supervivencia y, en muchos casos, la certeza de que el peligro nunca desapareció del todo.

Créditos

  • Idea original e investigación: Israel Viana

  • Dirección y Guion: Manuel Garre y Juan López Córcoles

  • Edición: Luigi Gómez y Andrea Morán

  • Diseño sonoro: Dani Gutierrez

  • Ayudante de sonido: Íñigo Martín Ciordia

  • Entrevistas: Manuel Garre, Juan López Córcoles, Israel Viana

  • Producción ejecutiva: Andrea Morán

  • Dirección de arte e ilustraciones: Rodrigo Parrado

  • Desarrollo web: Jorge García

  • Coordinación editorial: Elena de Miguel

ABC no se hace responsable de las afirmaciones ni opiniones expresadas por las personas que participan en esta serie.

La serie 'Escoltas: la sombra que me protegía de ETA' puede encontrarse en las principales plataformas de audio, como Spotify, Ivoox, Apple Podcasts, Amazon Music y Podimo.

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