Nicolás Redondo y otros socialistas piden a PSOE y PP un gran acuerdo para que «España no dependa de Puigdemont»

Así lo ha dicho en una rueda de prensa en Madrid, donde le ha acompañado el presidente de ese colectivo, Pedro Bofill, y el sociólogo José Antonio Díaz, quien en un breve análisis de los resultados del 23 de julio ha resaltado la importante recuperación del bipartidismo, dado que PSOE y PP suman más del 60% del electorado, algo, ha explicado, «que no ocurría en décadas» y que a su juicio debería traducirse «en un entendimiento en las cuestiones de Estado» entre las dos principales formaciones del Parlamento.

Redondo ha leído el veredicto de la urnas como una decisión de los españoles de que un partido «radical» y «extremo» como Vox no forme parte del Gobierno. Y al mismo tiempo, como un mandato ciudadano para que «el Gobierno no dependa de Puigdemont, un prófugo con sentencia ratificada», ha señalado.

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Para el hijo del histórico secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT), Nicolás Redondo Urbieta, fallecido este mismo 2023, si se aceptase una investidura de Pedro Sánchez con el apoyo activo o pasivo (con el recuento actual, a falta del Cera, los votos de españoles residentes en el extranjero, bastaría una abstención) de Junts Per Catalunya, la situación no sería la adecuada.

Algo que ha expresado con cierta ironía: «No creo que estuviéramos contentos, los españoles, sabiendo que tenemos tres embajadas en Bélgica: la que representa los intereses de España ante el Gobierno de Bruselas, la que representa al Gobierno de España ante la Unión Europea y la de Waterloo», ha concludo, en referencia al lugar de residencia del expresidente de la Generalitat de Cataluña.

Redondo, además, ha asegurado que un eventual entendimiento entre los dos grandes partidos, que en su opinión podría ser de coalición pero no necesariamente, prestigiría en Europa y en la comunidad internacional tanto al presidente del Gobierno en funciones como al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. «No cabe duda que si el PP y el Partido Socialista Obrero Español se ponen de acuerdo, tanto Feijóo como Sánchez serían una referencia europea e internacional. No tengan ninguna duda. En sentido contrario, si no se ponen de acuerdo, pues empezarán a pensar, en el resto de Europa que somos un país diferente».

El exdirigente socialista ha elogiado la «fuerza» y la «perseverancia» de Sánchez, el secretario general de su partido, y le ha pedido que aproveche esa circunstancia para hablar con Feijóo y «alejar» al PSOE de «las relaciones contaminantes con Puigdemont». Porque en su opinión, y después de recordar que él se ha opuesto radicalmente a que «el PP pacte con Vox», y eso que, ha explicado, «conozco personalmente al señor Abascal [Santiago]», lo que ocurre es que «terminas perdiendo tu legitimidad a oponerte al protagonismo de Vox, si tú recurres al apoyo de Puigdemont».

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En el discurso de Redondo ha habido una mención explítica al expresidente del Gobierno, Felipe González, y al que fuera su número dos tanto en el Ejecutivo como en el PSOE, Alfonso Guerra. A su juicio dos referencias ineludibles a las que Sánchez debería haber llamado inmediatamente después de las elecciones, despues de la conversación ritual entre el presidente y el líder de la oposición.

En varios momentos de su comparecencia, Redondo ha precisado que no es «un extremista», algo que ha ejemplificado en que no habla de ETA para referirse a Bildu (en una reciente entrevista con ABC criticó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por hacerlo) pero que sí cree que a los Arnaldo Otegi no deberían tener un papel relevante en la política española, dado que, ha recordado, «un partido que no ha hecho el trayecto moral que tenía que hacer, que se enorgullece de ser el albacea de una organización terrorista, no puede ser protagonista de la vida política española».

Y también en esa línea ha asegurado que rechaza tanto los gritos de «no pasarán», un lema de reminiscencias guerracivilistas que se escuchó por parte del público en algunos mítines de Sánchez en campaña, como el grito de «que te vote Txapote», dirigido al líder socialista por parte de simpatizantes de la derecha, y criticado también por varias víctimas del terrorismo de ETA.