PAMPLONA
Dos corneados en el peligroso encierro de los Cebada Gago
La segunda carrera de las fiestas, embarullada y con multitud de corredores, deja los primeros heridos por asta de toro de los Sanfermines y cinco más por caídas, pisotones y atropellos

GORKA MORENO. PAMPLONA
Embarullado y muy peligroso. El segundo encierro de los Sanfermines de 2010, protagonizado por los toros de Cebaba Gago, dejó los dos primeros heridos por asta de toro de las fiestas y varios afectados por caídas, pisotones y atropellos. La carrera, marcada por la gran afluencia de público, se demoró hasta los 3 minutos y 30 segundos debido a que la manada se rompió cuando entraba a la calle Estafeta, lo que provocó que un cárdeno blanco llamado ‘Cabrero’ se rezagara y sembrara el temor entre los corredores al volverse atrás en varias ocasiones. Además de los corneados, que sufrieron heridas en el tórax y una pierna, otras cinco personas fueron trasladadas al Complejo Hospitalario de Navarra con distintas lesiones como esguinces o luxaciones.
Los toros gadinatos, que levantan gran expectación entre los mozos tanto por su casta como por las situaciones de riesgo que tradicionalmente suelen generar, llegaban a Pamplona para celebrar sus bodas de plata en la Feria del Toro, donde ya se han lidiado más de 140 morlacos de la ganadería de Carlos Núñez, Jandilla y Torrestrella. Y, una vez más, hicieron honor a su fama.
La carrera comenzó a gran velocidad. Con los cabestros al frente, los astados enfilaron la cuesta de Santo Domingo en grupo y a un ritmo vertiginoso y llegaron a la calle de Mercaderes apenas medio minuto después de que se lanzara el cohete. Aunque al igual que ayer ninguno de los morlacos patinó en la curva, el encierro se complicó a raíz de que un mozo de 21 años procedente de Vigo -Y.M.F.- sufriera una grave herida por asta de toro en el tórax y varios más cayeran sobre el piso.
En la entrada de la calle Estafeta, la manada se dividió en varios grupos después de que dos de los toros, un cárdeno y un castaño, fueran al suelo y provocaran los tropiezos de otros morlacos y un mozo, que se vio atrapado entre ambos durante unos segundos. Con la torada ya fragmentada, algunos corredores intentaron ejecutar bonitas carreras, aunque pocos lo lograron. Y fue en la mítica calle donde un ciudadano irlandés de 43 años, identificado como C.C., sufrió una cornada en la pierna izquierda y varios mozos más se vieron involucrados en numerosos empujones, pisotones y caídas.
A pesar de que tres de los morlacos entraron en la plaza de Toros acompañados de los cabestros en apenas 1 minuto y 57 segundos, el rezagado “Cabrero” se encontraba muy despistado. Parecía no encontrar el rumbo, giró varias veces sobre sus pasos y arremetió contra el vallado, aunque por suerte no intentó embestir a ningún corredor. Los mozos trataron de dirigir al morlaco hacia el coso, que se resistía una y otra vez a seguir sus indicaciones.
Mientras el resto de la manada ya había entrado en chiqueros, el toro rezagado seguía entreteniéndose por el recorrido e hizo acto de presencia en la plaza minuto y medio después que el resto del grupo. Una vez en el recinto, los dobladores supieron conducirlo hasta los corrales de la plaza.
Según el parte médico ofrecido por el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra, el corredor de Vigo herido en el tórax en la calle de Mercaderes fue ingresado en el Complejo Hospitalario de Navarra con pronóstico reservado, al igual que el irlandés corneado en su pierna izquierda en el tramo de la Estafeta.
Los servicios de emergencias trasladaron al centro hospitalario a varios corredores más: O.G.G, un hombre de 56 años residente en Esteríbar que sufrió una fractura de tobillo; un joven de 33 y origen israelí –B.Y.H.- al que se le diagnosticó una fractura de peroné; un estadounidense de 49 años que presentaba una herida en la cara y politraumatismos; un joven de 31 -E.T.H.- procedente de San Sebastián de los Reyes (Madrid), con una contusión cervical; y un joven de 24 años vecino de Burlada (Navarra), que fue atendido por una luxación de hombro.
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