Breve historia de los abucheos
El Partido Popular le recuerda a Zapatero que no es el único político víctima de la ira espontánea de los ciudadanos
MARTÍN BIANCHI
Son varios los miembros del Partido Popular que han condenado los insultos que sufrió el presidente del Gobierno durante el desfile del 12 de octubre . Pero son más los que le recuerdan que no ha sido el único “objeto” de ataques verbales espontáneos en ... medio de actos oficiales multitudinarios. Entre estos últimos está el portavoz de Presupuestos popular, Vicente Martínez-Pujalte, que manifestó su sorpresa ante un PSOE que “se tira de los pelos” por los abucheos a Zapatero cuando “nunca ha criticado los silbidos a Esperanza Aguirre cuando iba a un hospital”.
Cierto es que mientras Zapatero fue arropado por los miembros de su partido, e incluso por muchos de la oposición, no se conoce condena pública del socialismo a las “broncas” que le han caído a la presidenta de la Comunidad de Madrid en los últimos años u a otros políticos populares.
En marzo del año pasado, mientras visitaba los espectáculos de la calle Fuencarral durante “La Noche de los Teatros”, más de un centenar de personas abuchearon a Aguirre al grito de “no a la privatización de la educación” y “sanidad pública”. Al unísono de “fuera, fuera”, la presidenta tuvo que apresurar su paso por el acto. En junio de 2008, ya había tenido que soportar algo similar en el hospital Ramón y Cajal mientras recorría las instalaciones junto al consejero de Sanidad, Juan José Güemes (episodio que recordó ayer Martínez-Pujalte).
Nadie está exento
El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, tampoco ha quedado exento de momentos incómodos comos los que vivió Zapatero en el Día de la Hispanidad. Uno de los más sonados, su visita al Mercado de Collblanc de L’ Hospitalet de Llobregat en 2006, donde fue recibido con gritos de “fascista” y una “cacerolada” de algunos empleados de la sección de pescadería.
En abril del año pasado, Rajoy también tuvo que soportar a un grupo de personas que le vociferaban “fuera franquista” mientras paseaba por la Rambla de Cataluña en Barcelona. Su número dos, María Dolores de Cospedal, fue víctima de gritos e insultos en abril de este año cuando llegaba al Ayuntamiento de Sacedón (Guadalajara). Un grupo de vecinos le exigían que se fuera a Murcia mientras desplegaban pancartas contrarias a su actitud de negociación del estatuto castellano-manchego.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que en su momento criticó los silbidos que sufrió Zapatero en el 12-O del 2009, tuvo este verano su propia dosis cuando una treintena de bomberos le siguieron durante las fiestas de la Virgen de la Paloma al grito de “no queremos viudas”, en referencia al supuesto riesgo que tienen en su trabajo por la falta de medios.
Más dramático aún fue el asalto a la sede popular de Hortaleza en marzo, durante el que unos “asaltantes” se llevaron documentación y rompieron las banderas de España y del PP. La coordinadora de Política Social popular, Ana Pastor, señaló: “ Hemos sufrido todo esto y no hemos estado nunca de acuerdo y no lo estamos ”. Como reconoció ayer Zapatero, la libertad de expresión es “amplia”, siempre y cuando haya respeto.
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