La UE intenta perseguir a los infractores del código de circulación hasta su país

Por ahora, el acuerdo al que acaban de llegar en Bruselas y que tiene que ser ratificado por el Parlamento, no tendrá más implicación práctica que la seguridad de que cuando un conductor cometa una infracción en un país donde no es residente, la multa le llegará a su casa directamente. Lo más probable es que la mayoría de esas multas van a ser archivadas delicadamente en cualquier cajón, porque ninguna de las agencias nacionales europeas tiene competencias para ejecutar las multas fuera de su país, pero esto representa solamente el principio: a partir de la puesta en marcha de este mecanismo se facilitará el establecimiento de acuerdos bilaterales entre países fronterizos, para que unos asuman las mulas emitidas por los otros.

Las infracciones que proponía la Comisión Europea para que se pueda emplear esta nueva directiva de intercambio de información son el exceso de velocidad, conducir sin cinturón de seguridad, no respetar un semáforo o ir al volante superando los límites de alcohol. Los países han añadido el de conducir bajo la influencia de drogas, usar el teléfono móvil, circular por vías prohibidas o peligrosas o no respetar la distancia de seguridad.

La mayoría de estas infracciones (alcohol, el móvil, el cinturón) ya son perseguidas actualmente cuando la policía detiene el coche y _como sucede con los extranjeros que son detenidos en España por la Guardia Civil de Tráfico_ los agentes obligarán a pagar la multa antes de permitirle reanudar el viaje, ahora al menos el infractor recibirá una carta por todas las demás. Las multas de aparcamiento no entran dentro de este mecanismo.

Los especialistas son relativamente escépticos ante la posibilidad de que este tipo de acuerdos tenga la eficacia que desearía teniendo en cuenta que todavía no hemos logrado armonizar cosas como los límites de velocidad y que España no es el país mas afectado, porque desde este punto de vista es un país “periférico”. Comparado con Francia, Alemania o Bélgica que tienen una altísima proporción de vehículos extranjeros circulando por sus carreteras.