Los mimos del Gobierno a Junts provocan recelos en el resto de socios
ERC y Podemos elevan el tono y recuerdan que sin ellos tampoco habrá presupuestos
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A nadie se le escapa que el Gobierno cuida con especial atención a Junts. Su socio más inestable, como le sucedía al hijo pródigo en la parábola, es agasajado con prebendas mientras el resto de sus aliados siguen esperando que el Ejecutivo cumpla sus ... compromisos sin fallarle en (casi) ninguna votación. La semana pasada, los neoconvergentes tumbaron una ley de Sumar para regular los alquileres de temporada y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, corrió a Ginebra (Suiza) a intentar convencer a Carles Puigdemont de las bondades de darles estabilidad en Madrid.
Junts, sin embargo, no levantó el pie del acelerador, amagó con tumbar la senda de estabilidad y el Gobierno optó por retirarla antes de que se debatiese y votase hoy. El Ministerio de Hacienda, tras negarlo en innumerables ocasiones, se abre a renegociar el objetivo de déficit con el partido de Puigdemont. Una decisión que el resto de aliados del Ejecutivo recibe con muchísima desconfianza y con ciertos celos. ¿Qué hay de lo mío?, empiezan a preguntarse, en público y en privado, diputados de ERC, PNV y Podemos.
Por si fuera poco, hoy mismo está previsto que se aprueben los planes de trabajo de dos de las tres comisiones de investigación que exigió el separatismo a cambio de hacer presidenta del Congreso a Francina Armengol. Una, sobre la operación Cataluña y otra, sobre los atentados yihadistas del 17-A. Ayer mismo, fuentes del Gobierno afirmaban que están en disposición de ofrecer la desclasificación de los documentos reservados sobre aquellos trágicos asesinatos.
Casualidad o no, las dos comisiones que se desbloquean son las que reclamó Junts. La que sigue empantanada, la relativa al caso Pegasus, es la que pidió ERC. Fuentes republicanas apuntaban ayer que ahora el Ministerio de Hacienda va a reabrir una negociación «que no tiene ningún sentido reabrir». «Todo cambia cuando la derecha catalana dice que no vota el techo de gasto», lamentan desde ERC, donde creen que el Gobierno está cediendo demasiado a intereses de una formación que no se puede catalogar precisamente de progresista. «Nosotros tenemos una sensibilidad que nos impide votar en contra de regular los alquileres», lanzan en dirección a Junts.
Entre los socios del Gobierno critican que ahora los plazos se amplían indefinidamente y no se sabe cuándo llegarán los presupuestos a la Cámara Baja. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, después de una pregunta muy dura a la vicepresidenta María Jesús Montero (PSOE), a la que afeó que su partido no haya podido ver a los saharauis en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, advirtió incluso que su formación puede reconsiderar su votación a la senda de déficit.
La entrada de Junts en la ecuación podría expulsar a Podemos si, como señaló ayer Belarra, hay concesiones «en clave conservadora». Y eso, de nuevo, dejaría al Gobierno sin mayoría para sacar adelante el objetivo de estabilidad, paso previo a la presentación de las cuentas estatales. La líder izquierdista, como en otras ocasiones, recordó al Ejecutivo que es un «error» dar por descontado su respaldo a ninguna votación. No en vano, su formación ya tumbó en enero un decreto.
Fuentes de la mayoría de investidura de sensibilidad de izquierdas no ven bien limitar el déficit del Estado en favor de las comunidades. En casi todas, apuntan, gobierna el PP.
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