Una persecución a un coche robado por calles en dirección prohibida lleva el caos al centro de Vicálvaro

Los agentes le dan el alto con las señales luminosas y acústicas, pero el conductor, lejos de interrumpir la marcha, pisa el acelerador y propicia una vertiginosa huida que a punto está de causar una tragedia. El individuo, español y con hasta 16 reseñas en su mayoría por robos de vehículos y resistencia a la autoridad, entra en una primera calle en sentido contrario y golpea a numerosos coches estacionados e incluso a los que circulaban por la misma calzada. El peligro, sin embargo, se agudiza después de que este avance subido a la acera y obligue a los transeúntes a parapetarse detrás del mobiliario urbano para salvaguardar su integridad física.

De forma milagrosa, el sujeto logra salir airoso de esa ratonera inicial, pero no así de la segunda. Tras entrar de nuevo en prohibida por la calle de Forges, colisiona su coche, un Seat León de color gris, contra una señal de un paso de peatones. Sin margen para reaccionar, se apea del coche y echa a correr hasta la cercana calle del Jardín de la Duquesa, donde los agentes le dan alcance y tratan de reducirlo, aunque no sin dificultades.

El hombre se resiste y la emprende a puñetazos y patadas contra los uniformados, por lo que es detenido acusado de tres delitos: uno de daños, otro contra la seguridad vial y un último por resistencia y desobediencia. El turismo figuraba como sustraído desde el pasado mes de agosto en el distrito de Villa de Vallecas.

Se da la circunstancia de que ese mismo día, a unas calles de la persecución, se propagó un incendio que llegó a provocar pequeñas explosiones de origen eléctrico en el tejado de una vivienda. Las llamas comenzaron a las 22.30 horas en la confluencia de la Travesía del Sacrificio y Villablanca, después de que ardiera un cable trenzado de acometida de la luz. A su llegada, los bomberos del ayuntamiento aseguraron la zona y solicitaron a la distribuidora el corte del suministro. El fuego no afectó a ninguna persona, fue solo el segundo susto de una jornada que los vecinos de la zona tardarán tiempo en olvidar.