El Junco, otro clásico de la noche que dice adiós

Las razones de este adiós a uno de los espacios culturales más emblemáticos de Madrid, que se une a la sala Caracol, Marula o Costello Club en la lista más reciente de cierres de salas de conciertos, es puramente económica. La pandemia le hizo un destrozo financiero a El Junco, y el regreso a la actividad ha sido tan lento e incierto que ha dejado de ser rentable. «Hemos venido peleando los últimos años, pero la pandemia nos tocó mucho y la reapertura ha sido dubitativa. Hemos tenido una caída del volumen de negocio», explicaba Carlos Santana en declaraciones a El Periódico de España. En esta situación, añadía, ha influido también el «aumento de la competencia» y un «cambio en los hábitos de consumo del ocio en la gente joven, que prefiere acudir a grandes eventos y festivales antes que a conciertos en salas pequeñas».

«Hemos perdido otra sala fundamental para Madrid», dice a ABC Javier Olmedo, presidente de la asociación de salas madrileñas La Noche en Vivo, a la que pertenecía El Junco. «Especialmente para el circuito de música negras como funk, soul, blues y jazz, aunque últimamente se abría mucho a nuevas tendencias de hip-hop. Por su pequeño tamaño, generaba una cercanía y una complicidad muy bonita entre los artistas y el público. Era también un laboratorio musical, que recogía las nuevas propuestas artísticas de la capital e invitaba al desarrollo de los músicos, sobre todo en las 'jam sessions' que había cada semana prácticamente a diario. Es increíble e innumerable la cantidad de artistas que se han formado y han crecido allí. Es una gran pérdida para la asociación y para Madrid, que ha perdido al menos siete salas asociadas desde que empezó la pandemia. Nos preocupa mucho que sigan cayendo algunas más. El verano está siendo muy malo, y la crisis que viene en otoño hace que las perspectivas no sean buenas, también por los cambios en los hábitos de consumo tan abruptos que se están notando. Esperamos que no caigan muchas más».

Olmedo también recuerda que además de las salas de conciertos de música pop y derivados, hay otras grandes víctimas de la sangría pandémica que suponen un varapalo cultural y turístico. «Casa Patas, Chinitas y otros tablaos han cerrado o han estado muy cerca de hacerlo».

Inaugurada en diciembre de 2004, El Junco uno de sus grandes valores era la celebración de 'jam sessions' semanales en las que músicos de toda la ciudad se juntaban para compartir experiencias sobre el escenario, e incluso formar bandas y nuevos proyectos allí mismo. Grandes artistas como Norman Hogue, The Limboos, The Dynamites, Anaut, Mastretta, Zulu Men o Cecilia Krull han pasado por allí, Desde 2017 formaba parte de la lista de salas consideradas Patrimonio Cultural de Madrid por su contribución a la música de la ciudad. Aunque tenía conciertos programados para todo este mes, sus responsables han llegado a un acuerdo con el arrendador del local para clausurarlo ayer martes, así que a sus fieles no les queda la posibilidad de una última despedida.

En el caso similar más reciente, el de la sala Caracol, cerrada hace un mes, tampoco hubo tiempo para despedidas. El local quedó clausurado por una orden de desahucio fulminante, y ahora se está a la espera de la resolución de un tribunal acerca de la demanda de amparo interpuesta por los gestores, que podría dar luz verde a la reapertura del local en septiembre.

Según datos de la Asociación Noche Madrid, desde el inicio de la pandemia se han cerrado entre 75 y 100 locales de ocio nocturno en la capital.