Divorcio total PP-Vox en Madrid a dos meses de las elecciones por la rebaja fiscal a la inversión extranjera

El origen del choque está en esa propuesta de incentivo fiscal a inversiones extranjeras que lleguen a Madrid, a las que se proponía dar hasta un 20 por ciento de deducción en el IRPF. Una medida que Díaz Ayuso propuso como respuesta al impuesto a las grandes fortunas que ha puesto en marcha el Gobierno central. Pero que en Vox califican de «injusto» porque «discrimina a los madrileños». Así lo dijo la portavoz de este partido, Rocío Monasterio. Y por ello, votaron en contra y, en consecuencia, tumbaron la iniciativa.

Es más, plantearon su propia proposición pidiendo que los madrileños tuvieran derecho a esa misma deducción. Porque, como ejemplificó el diputado de Vox José Luis Ruiz Bartolomé, «mi amigo Paco, que tiene un taller, quiere comprar un local para no estar de alquiler, pero a Paco la Comunidad no tiene nada que ofrecerle; a un recién llegado, de esos que montan fruterías por todos los barrios, Ayuso podría obsequiarlo con hasta 70.000 euros de deducciones fiscales»..

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Y tras Paco, asomó el caso de Javier y Marta, los novios de Getafe, que quieren comprar un piso de dos dormitorios por 250.000 euros. «A un recién llegado que comprara el mismo piso, Ayuso le obsequiaría con una deducción de 50.000 euros; a ellos, nada».

Cuanto más se empeñaban los diputados populares en explicarles a los de Vox que no eran deducciones para extranjeros sino para inversiones llegadas del extranjero, más insistían en Vox con su negativa. Y como justificación, Bartolomé argumentó que los españoles estaban acostumbrados a que las ayudas fueran siempre «primero para los de fuera», pero «no se esperaba que a esto contribuyera Ayuso; qué terrible decepción».

No se sabe si decepción, pero desde luego sí que hubo enfado ayer entre Díaz Ayuso y Monasterio. Esta le recordaba a la líder del PP que «somos dos fuerzas políticas distintas pero muy necesarias», y aseguraba que «hemos sido un socio leal». La prueba la cifró en datos: «Nuestra buena disposición se refleja en 20 leyes suyas que hemos aprobado; mientras, el PP se ha unido a la izquierda en contra de 34 iniciativas que ha traído este grupo, y nosotros sólo seis, siete con la de hoy».

«La de hoy» era el incentivo fiscal a inversiones extranjeras. La gota que colmó el vaso de la paciencia de la presidenta, que así lo hizo saber: «A partir de hoy, cada uno sigue su camino. He tenido mucho respeto por usted, pero la deriva que ha tomado su partido a mi no me va a arrastrar».

La presidenta Díaz Ayuso cerró su intervención con un compromiso: «Este Gobierno busca garantizar la igualdad de todos los madrileños, algo que no hacen ustedes». Monasterio seguía, erre que erre: «El incentivo (a las inversiones extranjeras) es injusto y discrimina».

El portavoz popular, Pedro Muñoz Abrines, insistía en dar razones para intentar un cambio en la intención de voto de Vox: «La inversión extranjera es responsable del 8 por ciento de empleos de este país». Y del argumento, pasaba al ataque: «Dice que luchan contra la izquierda, pero no dejan de hacerle favores».

Tal vez quien más enfadado estaba con la situación era el consejero de Economía, Empleo y Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, el «padre» de la medida que había tumbado Vox y que se convirtió en la justificación de una ruptura anunciada entre ambos grupos.

«Vox –dijo– ha decidido otra vez tumbar lo que Isabel Díaz Ayuso hace para contrarrestar los perjuicios que crea Pedro Sanchez». Por enésima vez, recordó que «beneficia por igual a españoles y extranjeros, sea la renta que sea, siempre que venga desde el exterior». A su juicio, «a Madrid le ha ido bien siendo una economía abierta», y por eso entendía que «es un grave error» echar abajo la iniciativa. Y concluyó: «No se entiende que cuanto más nos acercamos a las elecciones y más brama la izquierda, Monasterio le ponga más palos en las ruedas al PP».

De acuerdo con sus cálculos, por cada 1.000 millones de euros que llegaran a Madrid por esta vía, se generarían 900 millones adicionales de crecimiento del PIB, y unos 13.000 puestos de trabajo, además de una subida de recaudación de 124 millones de euros. Por eso, propondrá que la medida figure en el programa del PP para el 28-M.