Proliferación de elementos ilegales en la fachada y tejados de la Plaza Mayor de Madrid

Los balcones acumulan ya 26 aparatos de aire acondicionado y en las azoteas han brotado pérgolas y cerramientos

Pérgolas, huertos y otros elementos irregulares han proliferado en los últimos años GUILLERMO NAVARRO

La uniformidad y simetría de los tejados de pizarra y las balconadas blancas de la Plaza Mayor han cedido terreno en los últimos años a un enjambre de aparatos de aire acondicionado, pérgolas y construcciones irregulares en las azoteas. Desde abajo, a simple vista ... se pueden contar hasta 26 sistemas de climatización apostados junto a las ventanas de la antigua «plaza del arrabal». A mayor altura se aprecian jardines con sombrillas y toldos y siete cerramientos más elaborados que modifican el aspecto de este emblema de Madrid levantado hace ya 400 años . Estas instalaciones, que se han multiplicado de forma paulatina, carecen de la autorización pertinente, según confirmaron a ABC desde la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid . Al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC), cualquier actuación, incluso una simple capa de pintura o el cambio de una ventana, debe tener un permiso concreto.

«Todas las intervenciones en la Plaza Mayor , al ser un BIC, requieren dictamen de la Comisión Local de Patrimonio Histórico de Madrid, y autorización de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid. Los aires acondicionados y cambios en las estructuras se han instalado sin la autorización preceptiva en materia de patrimonio y además constituyen un impacto negativo en el bien cultural», indicaron las mismas fuentes, que señalan, además, que estas actuaciones constituyen una infracción administrativa que, de acuerdo con la Ley de Patrimonio Histórico, podrían ser objeto de sanciones de hasta 60.000 euros.

No obstante, desde el Consistorio señalan a este diario que gran parte de estas intervenciones ilegales ya han prescrito y no se puede interponer sanción sobre ellas. Por lo que, en coordinación con Patrimonio, estudian ahora una solución para que en futuras intervenciones los propietarios de los pisos accedan a retirar las construcciones y los elementos que, poco a poco, han ido conquistando la plaza.

Abordar esta problemática y otros aspectos que ensombrecen la belleza de uno de los monumentos más emblemáticos y visitados de la capital es una de las cuestiones que la semana pasada puso sobre la mesa la Asociación de Vecinos Residentes de la Plaza Mayor de Madrid y aledaños en una reunión con el concejal del distrito de Centro, José Fernández . La coordinación más estrecha entre las administraciones y los residentes nació a raíz de la pandemia. El primer objetivo, que llevaba décadas sin resolverse, fue el de poner fin al asentamiento de personas sin hogar que creció hasta alcanzar el medio centenar de individuos en pleno confinamiento. «El resultado fue lograr que fueran atendidas conjuntamente por el Samur Social y Policía Municipal », cuenta a ABC el presidente de la Asociación, Ricardo Bustos.

Los aires acondicionados que han proliferado en los balcones de la Plaza Mayor GUILLERMO NAVARRO

Su propósito desde entonces fue la creación de una comisión de seguimiento donde tuviesen cabida los diversos temas que conciernen a la Plaza Mayor. «Hace falta un plan integral de conservación permanente. Este tipo de elementos, además de las antenas, los grafitis y el cableado que cuelga de los soportales modifican la percepción y la integridad del monumento. La Plaza Mayor posee un conjunto de problemáticas de distinto orden que es necesario coordinar. No basta solo que actúen mediante denuncias puntuales», reclama Bustos, que considera que muchas de esas instalaciones ilegales tienen que ver con el desconocimiento de los propietarios de los inmuebles, por eso pide que se edite un «manual de usos destinado a residentes y actividades comerciales».

Aunque reconoce que el Ayuntamiento ha actuado en la limpieza de algunos grafitis que deploran la imagen de la plaza, las pilastras de los soportales y de las calles adyacentes continúan con pintadas. «Debido a su particular régimen de propiedad -son de titularidad privada, aunque de uso público-, se nos ha solicitado hacer llegar las autorizaciones de los particulares a la Junta para que pudieran proceder a su limpieza y ya las entregamos en noviembre», señala el presidente de la asociación, que también lamenta el cableado que cuelga de algunos de los arcos y se observa especialmente en el de la calle de Toledo.

Los grafitis de los soportales GUILLERMO NAVARRO

En estos momentos, según apuntan fuentes regionales, el Ayuntamiento de Madrid ha constituido un grupo de trabajo, en el que participa la Comunidad de Madrid, sobre la Plaza Mayor, y en el seno del mismo se «están estudiando las medidas a adoptar para la puesta en valor de este inmueble de gran relevancia cultural e histórica». «En el marco de los trabajos de este grupo, también se están analizando las intervenciones que suponen un impacto negativo y que se apartan del régimen de protección legalmente previsto para los BIC », aseguran. En concreto, el Consistorio se ha comprometido a limpiar y acondicionar los soportales y a ordenar el cableado para que quede más disimulado. Con el objetivo de mejorar la iluminación de estos espacios, también se analiza la posibilidad de proyectar un «videomapping», que mejoraría la luminosidad de los arcos y aportaría una decoración acorde.

Iluminación y limpieza

También, apuntan fuentes municipales, se han iniciado conversaciones con todas las comunidades de vecinos y comerciantes para unificar en una sola antena el servicio, de manera que se reduzca al mínimo posible este impacto visual. Asimismo, para preservar el valor de este enclave, ya no se van a organizar actos masivos, sino que se buscarán realizar algunos eventos culturales más restringidos.

Mientras Bustos señala los aspectos a mejorar en la zona monumental, unos turistas se pasean por una de las azoteas de la plaza. Pese a las dificultades a la movilidad que ha puesto la pandemia, los residentes han seguido padeciendo los inconvenientes de los pisos turísticos. «La semana pasada estuvieron unos franceses, que de los diez días tuvimos que llamar a la policía siete por la música excesiva», cuenta Begoña, hija y nieta de comerciantes de Plaza Mayor. El Covid-19 , temen, es solo un paréntesis. Por eso, defienden, este es el mejor momento para actuar y poner en valor este emblema de Madrid.

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