Un chófer karateka contrató a la banda que robó los cuadros de Francis Bacon en Madrid

Fuentes policiales indicaron a este periódico, que avanzó ayer el arresto de estos individuos, que se trata de una mafia muy profesional; no en vano, las obras sustraídas y aún no halladas del artista irlandés están valoradas en más de 25 millones de euros . Y, precisamente por esta especialización en reventar pisos, fueron contratados por los cabecillas del robo artístico mayor que se conoce en España de los últimos tiempos. Los agentes de la Brigada Central de Patrimonio Histórico están seguros de que se encuentran detrás del gran golpe, pero los tres sospechosos se encuentran en libertad con cargos .

Otros tres de los arrestados de la banda sí han ingresado en prisión. El Grupo XXIV de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, junto con las de Cataluña y Galicia, iban detrás de ellos por la supuesta comisión de otros 16 robos con fuerza , perpetrados en esas regiones. Actuaban en viviendas, oficinas y locales, cuyas cajas fuertes tenían especial habilidad para abrir. En los registros practicados, los investigadores han hallado una pistola, munición, un equipo de oxicorte , guías para la apertura de cajas de caudales, inhibidores de frecuencia, material de comunicación, notas manuscritas de posibles robos , dispositivos láser de medición, calibres, aparatos para reventar puertas, radiales, taladros, martillos percutores... Todo un arsenal para una mafia cuyos componentes aglutinan un buen número de reseñas policiales por hechos similares.

Ese fue el «modus operandi» que utilizaron los tres principales arrestados en el asalto a la casa de la pareja del pintor , José Capelo, que se encontraba pasando unos días en Londres. El cerebro de la conspiración es Cristóbal G. C. , un marchante de los bajos fondos que utilizó los contactos de Alfredo Cristian F. G. , karateka y chófer profesional, para dar con los tres autores materiales del robo, los ahora detenidos. Luego, a través de un mediador, Ricardo B. H. , intentaron colocar las obras a un perista del Rastro y su hijo. Y a otros dos interesados. Estos siete fueron arrestados en mayo pasado , después de que una empresa británica encargada de verificar la legalidad de obras de arte comunicara a la Policía que le habían ofrecido desde Sitges uno de los «bacon» buscados.

Como informó ABC el pasado 2 de julio, el titular del juzgado de Instrucción número 48 de Madrid ordenó la libertad con cargos para el núcleo del contubernio. Les retiró el pasaporte y ordenó que comparecieran periódicamente en sede judicial . En esos primeros meses, la tónica general fue el incumplimiento de la medida cautelar. Con estos mimbres, la localización de las cinco obras de arte (que son retratos que Bacon realizó a su pareja en sus últimos años de vida) se dificulta cada día que pasa. La posibilidad de que hayan sido sacados de España no está descartada, aunque, debido a la autoría de las piezas, su colocación en el mercado es más que complicada .