2.200 comidas diarias en comedores sociales de la capital

La crisis ha llevado a muchas personas a hacer uso de comedores sociales. En la capital, cada día se dan más de 2.200 comidas en estos establecimientos y en centros de acogida. El usuario ya no cumple con el tópico del sin techo tradicional: es cada vez más una persona con dificultades económicas sobrevenidas por la pérdida del empleo. La alcaldesa Ana Botella visitó este martes uno de estos comedores, el Luz Casanova, en Chamberí. El Ayuntamiento subvencionó en el periodo 2010-2011 con 70.000 euros a estas instituciones, además de entregar 14.687 euros al Banco de Alimentos.

El Luz Casanova funciona desde el año 1924. Y desde entonces, ha visto pasar la vida ante sus mesas en todas las circunstancias. Lo gestiona la Congregación Apostólicas del Corazón de Jesús. Se ha dedicado a las personas con exclusión social extrema, hasta que en 1998 se amplió con la incorporación de un centro de día con asistencia integral.

Cuenta con 150 plazas, y funciona todos los días del año. Proporciona servicio de ropero, lavandería e higiene personal, atención social y psicológica , talleres de inserción socio-laboral y, claro está, el comedor.

Pero la crisis ha visto incrementar la demanda de estos servicios. En los últimos siete meses, se han proporcionado en este comedor más de 23.840 comidas, lo que supone 1.550 más que en el mismo periodo del año pasado.

La capital cuenta en la actualidad con dieciseis comedores sociales, distribuidos por los distritos centrales. La alcaldesa tuvo ocasión de comprobar, durante su visita de este martes, cómo ha cambiado el perfil del usuario de este centro: «Cada vez es mayor el número de personas en situación de precariedad económica que cuentan con vivienda y utilizan el comedor para poder seguir pagando el alojamiento». Son, sobre todo, explicó, extranjeros sin recursos, o parados de larga duración y sin prestación, o mayores con pensiones no contributivas. Un público que ha crecido sensiblemente en los últimos dos años.

De hecho, en algunos comedores incluso se proporciona comida preparada para llevar a casa, porque algunos de los nuevos usuarios prefieren el anonimato.