Carmena, basurera por un día

Acompañada de la concejal de Ahora Madrid por San Blas-Canillejas y Barajas, Marta Gómez , la regidora negó que la puesta en marcha de la iniciativa signifique que haya un problema de limpieza . «Hemos venido para apoyar. Si queremos que Madrid sea la ciudad más limpia, es imprescindible que no ensuciemos», expresó, poniendo el foco en países como Japón: «Allí no hay papeleras porque, entre otras cosas, a nadie se le ocurre tirar nada por la calle».

Cuestionada por la posibilidad de que las patrullas vecinales anti-basura se extiendan a otras zonas, Carmena no ocultó su satisfacción: «Me parecería estupendo, porque es la única manera de concienciar». Con el chaleco verde y una bolsa en la mano, la alcaldesa comprobó in situ la diversidad de desperdicios que los ciudadanos encuentran cada día a su paso. «Nuestra ciudad es como una casa y por eso no podemos tirar las cosas al suelo », sentenció, con una cuenta sencilla: «Si somos tres millones y pico de madrileños y cada uno tira un papelito, tendremos tres millones y pico de papelitos en el suelo. En cambio, si nadie hace eso, habrá cero papelitos».

Conscientes de que el día y la hora (10.00 horas) quizás no acompañaron, los organizadores decidieron condensar en una las cuatro rutas previstas. El operativo, basado en columnas identificadas con diferentes colores para cada tipo de residuo -el equipo rojo, colillas y chicles; el marrón, excrementos caninos; el amarillo, latas y envases; y el azul, papel y el cartón- dio pasó a una especie de «todos a una como en Fuenteovejuna».

Con el ánimo intacto, desde la estación de Metro de Alameda de Osuna emprendieron la marcha convencidos de no ser «los nuevos barrenderos» de Carmena . «Eso lo queremos dejar claro; es una actividad cívica», explicó Julián Moreno, presidente de AFAO, quien no dudó en reconocer que, pese a que esperaban bastantes más personas de las que finalmente presentadas, seguirán adelante hasta que Alameda de Osuna «acabe convirtiéndose en el barrio más limpio de Madrid».

No obstante, niños, padres y ancianos dejaron de lado el «pinchazo» y disfrutaron de una jornada cargada de simbolismo. «Nos gusta que las calles estén limpias», advertía un pequeño, mientras su amigo acompañaba la idea: «Los papeles hay que tirarlos a la basura. Igual que hacemos en el colegio». Los más jóvenes recibieron al término un diploma que les reconocía la labor prestada y un modesto obsequio relacionado con el reciclaje.

Por el camino, también las familias contribuyeron a fomentar la idea de que los buenos modales no entienden de edades. «He venido con mi mujer y mis hijos porque sobre todo los niños deben saber que el entorno hay que cuidarlo », incidía David González, convencido de que no estaría mal algún tipo de imposición al que manche: «Una multa económica me parecería excesiva, pero seguro que podría venir a participar con nosotros».

Para difundir el proyecto, los miembros de AFAO depositaron dípticos en todos los buzones del barrio y pegaron carteles en farolas, papeleras y marquesinas. «Decidimos empezar a las 10 porque queríamos cubrir todas las calles. Pero hemos pecado de ambiciosos», señalaba a mitad del trayecto Emilia Huertas, una de las impulsoras.

En un manifiesto final, los organizadores exigieron al Ayuntamiento una « correcta y eficaz gestión de la limpieza de la ciudad; cuyo patrimonio es de todos y debe preservarse». Las siguientes rutas programadas tendrán lugar los próximos 2 de julio y 1 de octubre. Para entonces, solo el tiempo dirá si el mensaje -hora de inicio mediante- ha calado entre el vecindario.