Botella sube tasas y recorta liberados sindicales para ahorrar 556 millones

El plan de ajuste tendrá diez años de duración : 2012-2022. Sus límites: no se cortan servicios esenciales, se mantienen las atenciones a personas con mayores dificultades, y apoyar la creación de empleo. Los objetivos que persigue son cuatro: ponerse al día en el pago a proveedores este mismo año , tener un presupuesto saneado, reducir la deuda y poder volver a invertir. Este año se ahorrarán 162 millones de euros, y el próximo, 394.

Entre las principales medidas, algunas afectan directamente al bolsillo de los madrileños: las tasas se van a actualizar, con una subida del 2 por ciento respecto al IPC – excepto en el IBI , la tasa de basuras, el vado y la tasa de bomberos–. Algunos precios subirán más, con el fin de acercar el coste real del servicio con su tarifa: las piscinas suben un 25 por ciento, los talleres culturales más del 45 por ciento –la cuota trimestral pasará a 38,90 euros–, y los polideportivos también. Todo ello se aplicará en 2013. Y también la reducción de un 50 por ciento en el precio de la tarjeta de residente para aparcar en zona SER.

No se van a tocar los puestos de trabajo ni los salarios, aunque no se renovarán las vacantes –salvo en servicios esenciales–. Habrá menos horas extras y se acaban los premios por antigüedad, a la vez que se reducen los liberados sindicales que acuden a instituciones en un 50 por ciento.

Otros gastos en que se recortan son los vehículos del parque móvil, donde se limitará hasta el combustible; los inmuebles –sustituyendo alquileres por una racionalización del uso de los que ahora se tienen en propiedad–, menos subvenciones , reducción del sueldo de los vocales vecinos, o la supresión de subvenciones a sindicatos.

El vicealcalde Villanueva destacó que «de la desastrosa situación de la Hacienda española heredada del PSOE viene que ahora tengamos que hacer estos ajustes todas las administraciones públicas».