Un adiós meditado desde hace un año: «Quiero estar con los míos»
Anuncia su marcha, influida por una suma de factores personales y, en menor medida, políticos
MIGUEL OLIVER
«Me iré cuando menos lo esperéis. Y lo haré más pronto que tarde. La política es algo temporal...». Hacía meses que Esperanza Aguirre lanzaba este mensaje a quien quería escucharle. Ayer cumplió su palabra. La presidenta regional anunció su dimisión sólo minutos después ... de habérselo comunicado en persona a Mariano Rajoy . La noticia cogió con el pie cambiado a todo el mundo. Nadie lo esperaba, ni (casi) nadie lo sabía. Pero ella lo tenía claro desde hace tiempo. Sólo su entorno familiar ya daba por descontado que Esperanza no llegaría al «ecuador» de su tercera legislatura al frente de la Comunidad de Madrid. «Es el momento adecuado para dejarlo» , dijo ayer.
El nacimiento de sus nietos, el tumor que le detectaron hace dos años, la muerte reciente de dos de sus mejores amigas por la misma enfermedad contra la que está luchando... Muchas son las razones que han llevado a la presidenta a abandonar el cargo. Aunque ayer no quiso meterse en harina, lo cierto es que, además, la dirigente madrileña hacía tiempo que no se encontraba demasiado cómoda con los postulados del PP nacional y con la forma de gobernar del presidente del Gobierno. Por los pasillos de Génova todavía recuerdan su intervención en un Foro ABC donde se postuló como candidata nacional con su famoso manifiesto del «no me resigno...» . En alguna ocasión también ha llegado a dudar de los recortes aprobados por el Ejecutivo de Rajoy y, últimamente, se ha opuesto frontalmente a la excarcelación del etarra Bolinaga por razones de salud. Muchas son, por lo tanto, las razones por las que Aguirre se ha inclinado por el adiós.
Ayer tampoco quiso destacar una por encima de otra. Lo cierto es que la dirigente madrileña se marcha porque está cansada de todo. A sus 60 años cree que su proyecto al frente de la Comunidad de Madrid ha llegado a su fin y que no puede aportar nada más. Tampoco se ve aspirando a otro cargo en el futuro. «Ya no hay vuelta atrás. He cruzado el Rubicón» , respondió ayer cuando se le preguntó si descartaba volver dentro de unos años.
Ahora, dijo, toca disfrutar de su familia y amigos. «Sé que es una decisión dura, durísima, porque he vivido la política con mucha pasión. Claro que han influido los acontecimientos personales que he vivido en los últimos años. ¿Qué quiero ahora? Quiero vivir más cerca de los míos , de mi marido, de mis hijos, de mi madre, de mis siete hermanos. Y dedicarme a... pues no sé muy bien a qué. Soy funcionaria del Estado y pediré mi ingreso en el ministerio».
Los rumores sobre su estado de salud nunca dejarán de perseguirla. Por eso, ayer quiso dejar claro que la decisión va más allá: «Hace dos años que llevo luchando contra esta enfermedad. Ahora estoy presuntamente curada, aunque tengo una revisión el día 25. Parece que nunca llega el momento de dejarlo... pues ya ha llegado».
En poco más de cinco minutos de comparecencia, Esperanza Aguirre dio ayer carpetazo a tres décadas largas de vida política. Del partido liberal a la presidencia de la Comunidad de Madrid, pasando por la Concejalía de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de la capital, el Ministerio de Educación y Cultura, y la presidencia del Senado. « Nunca me he considerado imprescindible, y mucho menos ahora , que creo que ya está consolidado el proyecto del PP en Madrid, además de nuestros compromisos electorales».
Sólo tres personas
La sala de prensa de la Real Casa de Correos se iba llenando a medida que avanzada la intervención de la presidenta. La mayoría entraba con cara de sorpresa porque no sabía lo que se iba a encontrar dentro, ni tampoco el cariz de la intervención de la dirigente. Pocos, muy pocos, sabían que Aguirre abandonaba la política. En realidad, sólo tres personas conocían la decisión : el vicepresidente regional, Ignacio González ; su director de Gabinete, Regino García-Badell, y la directora general de Comunicación, Isabel Gallego . Los tres llevaban más de una semana eligiendo el mejor momento para comunicar la noticia. González optó por no acudir a la comparecencia. García-Badell la observaba desde un discreto segundo plano, mientras que Gallego se refugió en una esquina, a la derecha de Aguirre, para dar rienda suelta a la emoción contenida durante estos días.
El resto de su equipo seguía las palabras de la presidenta casi sin respirar. Para evitar filtraciones, la dirigente no había querido decir nada a (casi) nadie. A excepción de González, ningún miembro de su Gobierno conocía la noticia . Lucía Figar y Regina Plañiol fueron las únicas consejeras que siguieron en directo su comparecencia para saber de primera mano qué es lo que estaba ocurriendo. El departamento de Comunicación del Gobierno madrileño convocó con carácter de urgencia una rueda de prensa de Esperanza Aguirre sin dar más detalles de su contenido.
Tras conocer la noticia, la consejera de Educación no pudo contener las lágrimas . Figar nunca olvidará que fue Aguirre quien le dio su primera gran oportunidad en política. Mientras, Plañiol intentaba consolarla como podía.
El adiós de Aguirre deja a Ignacio González como presidente en funciones del Ejecutivo madrileño . Salvo sorpresa mayúscula, su «número dos» será investido oficialmente por la Asamblea de Madrid a principios del próximo mes. Nadie en el PP regional se atreve a pronunciar el nombre de otro aspirante al trono. De hecho, según ha podido saber este periódico, en la conversación que mantuvieron ayer Rajoy y Aguirre se pactó que el actual vicepresidente fuera su sustituto y que la transición se realizaría sin ninguna interferencia desde Génova. Otra cosa es lo que ocurra a la hora de elegir candidato para las elecciones autonómicas de 2015.
Elogios a Ignacio González
Aguirre no tuvo reparos ayer en alabar su figura. «Ignacio González -dijo- es enormemente trabajador e inteligente, y la persona con más experiencia y mejor dotada para el cargo de presidente , ya que conoce perfectamente la administración del Estado, la autonómica y local. Creo que los madrileños no van a notar ninguna diferencia. Al revés, probablemente lo mejore».
La presidenta renunciará también a sus cargos como diputada regional y como máxima dirigente del PP de Madrid. Previsiblemente, González también acabará liderando el partido. Muchos fueron los que ayer intentaron buscar las primeras reacciones del futuro presidente de la Comunidad. No hubo forma. Un comentario en twitter fue su única aportación: «Tras 20 años trabajando juntos y pese a la tristeza, me queda la suerte de todos estos años en los que he aprendido casi todo en politica».
El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna , fue el primero en dar la bienvenida al futuro dirigente popular: «Aunque la envergadura política de Aguirre es muy difícil de suplir, estamos convencidos de que nadie mejor para ello que quien ha sido su mano derecha durante toda su vida política: Ignacio González, una persona de gran experiencia en la gestión pública, inteligente, preparada y con una gran capacidad de trabajo», concluyó.
La Comunidad de Madrid se adentra ahora en un tremendo proceso de cambios. La región tendrá nuevo presidente en menos de un mes, pero a ese relevo habrá que sumarle después la formación de un nuevo Gobierno, así como la elección de un presidente y secretario general dentro del PP madrileño. Las quinielas ya han comenzado y son muchos los que se apresuran a coger posiciones.
Esperanza Aguirre no perderá de vista lo que suceda a partir de ahora. En la intimidad cerró ayer con Rajoy un relevo tranquilo, discreto y sin sobresaltos. Pero nadie se atreve a apostar por ello. « También Mariano le dijo que no iba a poner problemas para que Nacho llegara a la presidencia de Caja Madrid, y mira al final lo que pasó », comentan desde el PP de Madrid.
Para la presidenta, nueve años después, es momento de hacer balance. Atrás quedan los doce hospitales que ha puesto en marcha. Para Aguirre, sin embargo, su mayor acierto ha sido «importar» el bilingüismo para la región. « Es de lo que más orgullosa me siento », dijo. A partir de este curso, recordó, todos los nuevos centros públicos que se construyan en Madrid impartirán sus clases en inglés y español. Tampoco dudó ayer cuando le preguntaron por lo peor. « Todas las meteduras de pata que he tenido en estos años... ».
Después de comparecer no más de veinte minutos ante los medios, Aguirre se levantó y abandonó casi a la carrera la sala de medios para dirigirse a su despacho. No quería que nadie la viera llorar. Estuvo a punto de lograrlo. El silencio que se hizo después entre su equipo fue eterno. «Se va la mejor política que ha dado este país en los últimos 35 años», comentaban sus fieles. Ayer, hasta Tomás Gómez se inclinó ante ella.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete