Luto táctico y puñetazos al aire
acotaciones de un oyente
«Fuera o no una farsa -que lo era-, el PSOE, de un luto riguroso -la bancada azul parecía la casa de Bernarda Alba- utilizaba la sesión para preparar el tono que necesita para el funeral» por la dana
Sánchez se parapeta tras las víctimas de la dana para no responder sobre la corrupción en el PSOE
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Iniciar sesiónHace un año, la Mesa del Congreso, controlada por el Gobierno, se negaba a postponer el pleno, a pesar de que, en ese momento, ya llegaba a la Carrera de San Jerónimo el martilleo desquiciante de una cifra de muertos que no paraba de ... crecer. Y acertaron. Más allá del juego de gestos sobreactuados en el que se está convirtiendo la política, en una democracia liberal la actividad parlamentaria no debe interrumpirse jamás. Ni siquiera en una guerra. Es la única manera que los ciudadanos tenemos para protegernos de la discrecionalidad del Gobierno, de su natural tendencia al abuso y de sus tics autoritarios. Durante la pandemia quedó claro que cuando el Congreso cierra, abre 'La Chalana'. Y entonces aparecen como setas los Koldos, los Cerdanes y los Ábalos haciendo su agosto en enero. En este sentido cabe recordar que el Tribunal Constitucional declaró que aquel 'cierre' del Congreso decretado en pandemia por PSOE y Podemos fue ilegal, porque suspendía el derecho de participación política de los diputados, que es sagrado. Y en su derecho descansa el nuestro.
Sin embargo, hace un año, el PSOE no mantuvo el pleno en plena dana por sólidos principios democráticos y por responsabilidad institucional sino para poder completar -según lo previsto- su plan de asalto a RTVE, cuyas consecuencias vemos ahora en una programación servil, lacaya y genuflexa. Y por idéntico motivo es criticable la decisión de hoy del Gobierno de no responder a las preguntas incómodas que les hacía la oposición, según explicaron por 'respeto' a las víctimas de la dana. El gobierno ha de someterse al control del legislativo siempre, no solo cuando les parezca sentimentalmente aceptable. Pero más aún si lo que les parece inadecuado no son las preguntas de la oposición sino solamente las del PP y de Vox. Al resto de grupos -Sumar, Podemos, PNV, Bildu, ERC y Junts- les respondieron sin problema, en un ejercicio de malabarismo sin precedentes que demuestra que ni siquiera la brillantina es suficiente para tapar la suciedad.
Y, a pesar de que el teatrillo de la sentimentalización fuera solo otra farsa del gobierno, el PP volvió a equivocarse con un tono inadecuado para el 'momento-país' y sin cintura para adaptarse al devenir real de la sesión, que no era el esperado. Feijóo debería haber optado por una intervención 'de guante blanco', mostrando grandeza y un perfil presidencial que cumpliera con su obligación de controlar al gobierno, pero desde la humanidad. Da la sensación de que el PP iba preparado para aguantar las críticas a Mazón, diluyendo su responsabilidad en un estanque de porquería institucional colegiada. El «y tú, más». Pero al encontrarse con un PSOE que ni siquiera llegó a mencionar la palabra 'Mazón', se quedó con sus respuestas agresivas culpando de todo lo sucedido al gobierno, en un gran teatro del absurdo. Y, la verdad, no solo da un poco de vergüenza ajena ver al partido de Mazón mostrándose incapaz de asumir ninguna responsabilidad ni haber exigido, a día de hoy, la dimisión del 'president'; también pone en duda su habilidad estratégica al no ser capaces de ver la oportunidad que se les presenta al aceptar la bandera blanca y evitar, en nombre de esa grandeza 'fake', un debate que les perjudica. Y mucho.
En vez de eso, salió de nuevo el batallón Wagner del PP, que sigue dando la sensación de confundir fortaleza con agresividad, solidez con insultos y de haber optado por el perfil canchero en lugar de por el perfil sólido, precisamente en los momentos que más falta hace.
En cualquier caso, fuera o no una farsa -que lo era-, el PSOE, de un luto riguroso -la bancada azul parecía la casa de Bernarda Alba- utilizaba la sesión para preparar el tono que necesita para el funeral, sin entrar en la refriega directa, fingiendo un tono afectado y humano, sin acusar a Mazón de nada, asumiendo errores, poniendo en valor las ayudas y las iniciativas del gobierno y empatizando con las víctimas. Y el PP, hiper revolucionado y preparado para defenderse de un ataque que no llegaba, dando puñetazos al aire y utilizando la lengua para jugar con el protector de dientes mientras, en algún lugar perdido de Valencia, un tal Carlos Mazón sigue sin dimitir.
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