La juez imputa a Alberto González, novio de Isabel Díaz Ayuso, por fraude fiscal y falsedad

En un auto notificado este viernes, la instructora abre así causa a partir de la denuncia que presentó la Fiscalía de Madrid después de que la Agencia Tributaria detectara un presunto fraude en el impuesto de sociedades de la mercantil de González Amador, Maxwell Cremona, por importe de 351.000 euros en los ejercicios de 2020 y 2021.

Según detallaba la denuncia, el empresario, dedicado a la intermediación en la compraventa de productos sanitarios, habría declarado a sabiendas en aquel impuesto de sociedades facturas de terceros que no se correspondían con servicios efectivamente prestados a fin de minorar la cantidad que le correspondía abonar al erario público.

De ahí que junto a él, estén señalados los empresarios vinculados a las mercantiles que expidieron esas facturas -Maximiliano Niederer, David Herrera, y los hermanos Agustín y José Miguel Carrillo- y las propias empresas como responsables civiles subsidiarias en tanto que personas jurídicas.

La resolución acuerda citarles a todos en calidad de investigados y convocar a las inspectoras de Hacienda que realizaron aquel informe en calidad de peritos para que se ratifiquen en sus conclusiones.

Tal y como informó este diario, las pesquisas de la Agencia Tributaria arrancaron en mayo de 2022 «ante el incremento del volumen de negocios que había experimentado» en los dos ejercicios centrales de la pandemia la empresa de González Amador.

Llegó a la conclusión de que se había deducido «indebidamente gastos en virtud de facturas que no se corresponden con servicios realmente prestados» y que fueron giradas por las mercantiles MKE Manufacturing SA de CV, Gayani LTD, Purpura Star SL, Baluarte Desarrollo de Centro Especial de Empleo SL, Desarrollo de CEE El Manantial SL, Bianconera Spa SL y Ginmosur SL.

La denuncia que admite el juzgado subrayaba que además, «en el ejercicio 2021, Maxwell Cremona facturó algunos de sus servicios a su principal cliente Quiron Salud, haciéndolo a través de la empresa Masterman & Whitaker SL, de la que es socio único y administrador Alberto González Amador», cuando esa empresa «carece de medios materiales para prestar esos servicios».

Consideraba que con esta conducta, buscaba «un ahorro fiscal al trasladar parte la actividad a una sociedad vinculada con él, con la finalidad de generar bases imponibles negativas en Masterman&Whitaker SL a compensar en el futuro con los beneficios que aquella pudiera obtener».