El Gobierno de Pedro Sánchez y el Papa Francisco, una intensa relación no exenta de tensiones

El miembro del Ejecutivo más concernido en las relaciones del Estado con la Iglesia, el titular de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, ha asegurado que «Francisco fue un hombre bueno y un gran Papa», un mensaje que ha ilustrado con una imagen de su último encuentro con el Papa. En una declaración institucional posterior, en la que ha ensalzado su «impulso renovador y reformista» y la cercanía con la que han «sentido» su labor, Bolaños ha anunciado tres días de luto oficial por la muerte del Pontífice. Desde el socio de coalición del PSOE, Sumar, también han llegado parabienes para el Papa, por ejemplo de la titular de Sanidad, Mónica García, quien ha destacado que Francisco fue «un hombre preocupado por el cambio climático, la pobreza y la desigualdad».

Desde que llegó a La Moncloa en junio de 2018, Sánchez no ha cohabitado con otro Papa que Francisco, con el que ha mantenido dos encuentros estos siete años. El último el pasado mes de octubre, cuando ambos hicieron un llamamiento a un alto el fuego tanto en Gaza como en Líbano.

Durante los 35 minutos que duró la entrevista, y en pleno debate en España sobre los menores inmigrantes a la espera de destino en Canarias, el presidente del Gobierno invitó al pontífice a visitar las islas para conocer de primera mano la situación. Francisco le regaló a Sánchez una terracota del título «Ternura y amor», junto a su Mensaje para la Jornada Mundial por la Paz 2024, «Inteligencia artificial y paz». Ese mismo día, y a continuación, el Papa recibió al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, con quien Sánchez se cruzó en los pasillos del Palacio Apostólico.

Justo cuatro años antes de ese último encuentro, en el otoño de 2020, y aún con las medidas de prevención frente a la pandemia vigentes, como las mascarillas, Sánchez fue recibido por primera vez por Francisco, en un encuentro al que asistió con su esposa, Begoña Gómez. El asunto político más destacado del encuentro fue el pacto de migración y asilo que por entonces se negociaba en el seno de la Unión Europea (UE).

En aquella ocasión, y en un inusual discurso ante la delegación española, Francisco abogó por «construir la patria con todos» y advirtió que «la política no es una cuestión de maniobras». «Es bastante trabajo, no es fácil. Transmítanlo a los miembros de su Parlamento lo que piensa el Papa de esto», le dijo en aquella ocasión al jefe del Gobierno de nuestro país, quien le entregó como obsequio una edición facsímil del 'Libro de horas del obispo Juan Rodríguez de Fonseca'. La improvisada admonición del Papa a Sánchez fue interpretada entonces como una alusión a las tensiones provocadas en España por los nacionalismos periféricos, que ya en aquel momento se habían constituido como los socios preferentes de Moncloa, y cuando aún estaba muy reciente la herida del golpe secesionista vivido en 2017 en Cataluña.

Además del mencionado Bolaños, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, titular de la cartera de Trabajo y representante de Sumar en el seno de la coalición, también se ha reunido con el Papa en El Vaticano en dos ocasiones. La primera en el 2021, y la segunda en febrero del año pasado, cuando Díaz calificó al Papa como «el mejor embajador del trabajo decente». La vicepresidenta segunda mostró entonces su «admiración» por el Pontífice, que según miembros de su equipo presentes en el encuentro no hizo sino aumentar tras tratarle personalmente. La actual embajadora en el Vaticano, Isabel Celaá, fue la primera ministra de Educación de Sánchez y la primera portavoz de su Gabinete.

Durante los siete años de Gobierno de Sánchez tres han sido los principales asuntos de negociación con la Iglesia. El último la resignificación del Valle de Cuelgamuros, que ha perdido su antigua denominación de Valle de los Caídos, y del que se exhumaron los restos tanto del dictador Francisco Franco como del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera. Además, en 2022 se alcanzó un acuerdo sobre las inmatriculaciones, en el que el Ejecutivo terminó aceptando que los grandes templos son todos de la Iglesia. Además, la reparación a las víctimas de abusos por parte de sacerdotes ha sido otro de los asuntos en el candelero entre Moncloa y la Conferencia Episcopal. El pasado mes de marzo, la Iglesia aceptó al Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, como posible supervisor de la comisión para la reparación a esas víctimas.