La conselleira de Medio Ambiente comparece este viernes en el Parlamento por el vertido de pélets

El BNG quería que fuera el presidente Alfonso Rueda quien acudiera al Pazo do Hórreo, tanto por el vertido como por lo que insisten en calificar de «colapso sanitario», pero toda vez que los populares habían registrado por su propio lado la comparecencia, a petición propia, de Ángeles Vázquez, el resultado era conocido de antemano por pura aritmética parlamentaria. La oposición se queda así sin la imagen que buscaban: la de sus portavoces apretando a Rueda por lo que siguen comparando con el desastre del Prestige, y que según el Bloque es la «peor crisis ambiental de los últimos 20 años» en Galicia, «desde A Guarda a Ribadeo».

El debate previo ha servido para poco más que para un intercambio de acusaciones: el BNG ha atacado a la Xunta y, en muy menor medida, al Gobierno central; el PSOE, exclusivamente al gobierno gallego; y el PP lo ha rebatido redirigiendo culpas hacia el Ejecutivo y la oposición.

El BNG ha imputado a la Xunta contradicciones, desatención a los Concellos, dejados a su «suerte» y efectivos insuficientes que sólo trabajan en presencia de las cámaras de TVG. La diputada Rosana Pérez ha tildado de «vergonzoso» e «impúdico» que Rueda dijese que, si el vertido se hubiese producido en Cataluña, el Gobierno ya habría actuado. Para el Bloque, la Xunta quiere «vengarse» por el conflicto con la ley del litoral. Como se presuponía, no han faltado las comparaciones con el Prestige: ahora es la población la que recoge «bolitas de plástico», como hacía entonces con el chapapote, ha espetado la nacionalista. El gobierno gallego es un «auténtico peligro» para el mar y encarna la «auténtica toxicidad».

En cuanto al PSOE, Luis Álvarez, comparó irónicamente los medios pedidos por la Xunta con «la Armada Invencible» y «parte de la flota estelar de Star Wars», como si se dispusiera a «invadir no sé si alguna isla del Atlántico norte». La Xunta, arremetió, actuó de forma incompetente y negligente «porque hay una convocatoria de elecciones autonómicas» y le interesa mantener la «confrontación» con el Gobierno, además de «no alarmar a la población».

El portavoz del Grupo Popular, Alberto Pazos, ha achacado a nacionalistas y socialistas una «toxicidad informativa sin precedentes», con ejercicios de «demagogia» para «generar alarma», «intentando inventar una catástrofe ecológica que no es tal», sin pensar en el «coste reputacional». No solo por la comparación con el Prestige, sino también con el mayor desastre medioambiental en la historia de Sri Lanka (2001).

En el rifirrafe por fijar culpas, Pazos ha dicho que, como concejal que fue de un municipio costero, sabe que es habitual recibir llamadas como la del 112, y que, por ejemplo, es habitual encontrar neumáticos, que también figuraban en la carga perdida por el Toconao, pero no por eso se deduce inmediatamente que hay un contenedor perdido en el mar. «Si tenemos que activar el Camgal cada vez que detecta un particular un vertido en una playa, Galicia vive en permanente estado de alarma», ha sostenido. Porque cada año se reciben «más de 400 llamadas de este tipo», por lo que es una «broma» que se acuse de no haber activado el Camgal a comienzos de diciembre.