El transporte echa un pulso a la Xunta

El canal de diálogo abierto entre el Gobierno y las partes está completamente roto. Ayer se volvió a demostrar. El departamento de Ethel Vázquez convocó a los sindicatos a una reunión durante la tarde para abordar las aristas laborales que envuelven toda la reforma. La respuesta de las centrales: segundo plantón en una semana . Comisiones, UGT y CIG remitieron a la administración un comunicado en el que subrayan que las negociaciones, o son con la patronal en la mesa, o no serán.

La declaración conjunta echó por tierra los planes de la conselleira, que un día antes había avisado que todas las futuras conversaciones se producirían de forma separada; una especie de cortafuegos para evitar posibles «pinzas». Sigue existiendo la posibilidad de que se produzcan encuentros de forma separada , reconocen los representantes de los trabajadores, pero siempre desde una perspectiva triple .

A menos que se produzca un acercamiento de última hora, la segunda semana de huelga ya planea en el horizonte. Otra vez miles de gallegos afectados; de nuevo la lupa puesta sobre el grado de cumplimiento de los servicios mínimos. La secretaria de acción sindical de la UGT-Galicia, Beatriz Meilán, avisa en conversación con ABC que «la situación puede empeorar» si no se llega en un plazo breve a un punto de entendimiento. La opción de que los ceses de actividad se amplíen a todos los días de la semana tampoco se descarta, en vista que el contexto se ha deteriorado un poco más en la última semana.

Eso, por parte de los trabajadores, puesto que las empresas ya están sobre aviso, después de que la Consellería anunciara la apertura de expedientes informativos por saltarse en un 77% las líneas pactadas para escolares en las dos primeras jornadas de paro.

El jefe del Ejecutivo gallego no hizo escorzos verbales a la hora de mencionar la actitud del sector. Fue, al contrario, directo a lamentar que las compañías utilizaran a más de 55.000 escolares de la Comunidad como «rehenes» de las protestas ; un escenario «inconcebible» si el contexto fuera el sanitario, y no el del transporte. Feijóo detectó en la huelga «cosas raras». Entre ellas, un cierre patronal encubierto que, de confirmarse, se irá manifestando «en los próximos días», a medida que las pesquisas del Gobierno gallego vayan avanzando.

El titular de la Xunta también se detuvo en la unidad que exhiben los trabajadores y los empresarios ante las ofertas para retomar el diálogo. «Es la primera vez que los sindicatos no quieren negociar con la administración, sino que quieren negociar con la administración y las empresas de forma simultánea». Y remachó: «Eso en los conflictos normales nunca se produce».

Por si fueran pocas las voces en todo este laberinto, la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) lanzó ayer un comunicado para solidarizarse con las federaciones mayoritarias de Galicia. La entidad señala que las nuevas líneas, ni cuentan «con el deseable consenso» para ser implantadas, ni la integración será garantía para conseguir la tan ansiada eficiencia. De ninguna manera llegará el ahorro, añaden, si la Xunta «pretende ligar concesiones deficitarias con contratos de transporte escolar» . La integración de los viajeros menores con los de uso regular se hará efectiva en un 10% de los contratos para esta primera fase del plan. Tendrán que estar todos operativos en agosto. Faltan menos de dos meses.