En Marea desvía las críticas por el caso del chófer de Villares

Desde el momento en que se conoció la petición del portavoz parlamentario, a lgunos dirigentes optaron por tirar de manual y cerrar filas con el referente institucional más importante del rupturismo gallego. Otros, optaron por la prudencia , hasta conocer qué resolverá la gestora interina o si por el contrario, será el propio Villares el que dé un paso atrás y retire sus exigencias . A la primera estrategia se sumó el viceportavoz en O Hórreo, Antón Sánchez , a la salida de una reunión con los sindicatos ferroviarios. El de Anova expresó su intención de no «alimentar un culebrón desproporcionado» y aludió, como es habitual en los portavoces rupturistas, a la «total transparencia» de los órganos internos para conocer en tiempo y forma sus decisiones. Su apoyo al magistrado en excedencia «es total», aseguró.

En un principio, la previsión era que las declaraciones posteriores a ese encuentro con las centrales sindicales del ferrocarril contaran con la presencia de Villares, aunque finalmente no acudió a la cita con los medios . Antes, finalizado el trámite de la ronda de consultas con el presidente del Parlamento, proclamó su intención de ser la «alternativa» a Feijóo. Nadie pone en duda que ése será su papel en el Pazo de O Hórreo. Sin embargo, las filtraciones emanadas del seno del partido y los obstáculos para fortalecer el proyecto complican el marco para su candidatura como líder orgánico.