Feijóo buscará revalidar Galicia a la espera de la renovación en el PP

El anuncio que todo el mundo da por hecho —aunque en su entorno nadie lo confirme— se producirá previsiblemente en una Junta Directiva regional que mañana convocará un Congreso extraordinario para los días 7 y 8 de mayo en Orense , como ABC adelantó el pasado miércoles. Nada se está moviendo en el PPdeG hasta que Feijóo comunique su decisión. La maquinaria electoral está parada a la espera de que oficialice su candidatura. Génova apenas tiene dudas. Los miembros de su gobierno, tampoco.

La decisión de Feijóo se producirá después de que públicamente rechazara dar el salto a Madrid, lo que se interpretó como un coqueteo con supuestas ofertas —inexistentes— de la empresa privada. Sin embargo, sus manifestaciones no eran una renuncia a su aspiración de jugar en la política nacional, sino un mensaje de que no se prestaría a ser utilizado por los críticos de Mariano Rajoy como un elemento para la desestabilización interna del partido . Feijóo no irá a Madrid ahora, cuando el calendario no le es propicio, pero se guarda la vez.

Mientras tanto, aspirará a su tercera mayoría absoluta , un escenario que casi parece utópico, toda vez que el PP gallego cosechó resultados muy por debajo del 40% tanto en las municipales de mayo como en las últimas elecciones generales. Sin embargo, su figura aparece en las encuestas como la más reconocida y la mejor valorada por la ciudadanía . El partido reconoce que el reto es «difícil, pero no imposible», aunque si un candidato puede conseguirlo es Feijóo, creen. Una inesperada contribución a la causa es la profunda crisis interna del PSOE gallego —sin líder ni candidato—, un BNG en descomposición y unas Mareas con indisimuladas diferencias entre los partidos que la conforman.

De lograrla, sería la única mayoría absoluta de España a nivel autonómico y casi urbano — Vigo es la única ciudad en esta situación —, y engordaría una hoja de servicios intachable, toda vez que nadie contaba con que en 2009 alcanzara la Xunta cuando se presentó por primera vez a las elecciones. El pasado año, y a pesar del lastre de la marca, el PP gallego superó en 8 puntos la media estatal del partido en las generales y casi 9 en las municipales.

Una mayoría absoluta también acallaría las voces críticas que, desde Génova, restaban mérito a los resultados de Feijóo en las autonómicas de octubre de 2012, cuando pasó de 38 a 41 diputados en el Parlamento. Entonces, justificaban su triunfo en que el Gobierno todavía no había adoptado las decisiones más duras para afrontar la crisis y sus efectos negativos no se habían hecho notar, como ocurrió el pasado mayo en las autonómicas.

Una tercera victoria situaría a Feijóo en una posición privilegiada dentro del partido, a la espera de que se produzca el esperado proceso de renovación interna , paralizado mientras se agotan los plazos para la conformación de gobierno y que no se atisba a corto plazo, dado que Rajoy insiste en ser el candidato del PP de convocarse unas nuevas elecciones en junio. Feijóo, a sus 55 años, volverá a esperar su momento, y mientras tanto hará el último servicio al partido, intentando conseguir una aparentemente remota mayoría absoluta, al tiempo que pilota la renovación integral del PP gallego. Todo eso comienza mañana . O no.