Bruzos: «Si nuestra auditoría confirma irregularidades y no se dan pasos atrás, no hay más que hacer»

—Alrededor de En Marea planea el fantasma de la ruptura, ¿hay solución todavía?

—Llevamos mucho tiempo insistiendo en que todas las personas, las sensibilidades y colectivos que forman parte de la candidatura, que el camino es la unidad popular y que tenemos que seguir apostando por esa vía. Lo que pasa es que es innegable que la situación dentro de En Marea es muy complicada. Hay que tener en cuenta que vivimos una situación de excepcionalidad democrática grave a nivel interno. No solo porque las votaciones del fin de semana fueran cuanto menos extrañas, y está por ver si claramente irregulares, sino porque llevamos un proceso de un mes y medio en el que todos los pasos que se fueron dando por parte de la coordinadora y Luís Villares iban encaminados a una situación de excepcionalidad. No se confió en el órgano que tenía que arbitrar el proceso, que fue el comité electoral y que fue elegido en el plenario, se puso en duda, e incluso se los llevó a la Fiscalía, se dieron situaciones tremendamente graves para controlar el órgano por la propia coordinadora y, en definitiva, se llegó incluso a culpar incluso a empresas acreditadas en procesos electorales. La confianza que tenemos está muy, muy mermada. Si se confirma lo que parece que están apuntando los preliminares de la auditoría, de que el proceso fue irregular, yo diría que creo que todo el mundo que forma parte de esta candidatura, tendrá que tomar decisiones, pero tengo la sensación de que mayormente estamos en una situación muy complicada para mantener el espacio tal y como lo tenemos.

—¿Qué tendría que hacer la actual dirección para devolverles la confianza y seguir participando en En Marea?

—Si finalmente se confirma lo que se está empezando a apuntar desde las auditorías, lo que vamos a hacer es una denuncia pública de todo esto. Y lo vamos a hacer, no solo como hizo Luís a respecto de la famosa auditoría del censo, que nadie conoce, nadie vio ni sabemos quién la hizo. Si nuestra auditoría demuestra que hubo irregularidades y no se dan pasos atrás por parte de la coordinadora y se acepta que las hubo, entonces no hay nada más que hacer. Si hay una rectificación, bueno, puede ser que estemos a tiempo. Pero sinceramente, después de lo que hemos visto, creo que es muy difícil de lograr.

—¿Qué pasa si la auditoría encargada por En Marea y la suya da lugar a conclusiones contradictorias?

—Vi el anuncio de Luís Villares y la coordinadora de que van a realizar una a través del Colegio Oficial de Ingenieros. Hay que decir varias cosas sobre esto: en primer lugar, el Colegio no audita, lo que hace es tener un grupo de gente que hace peritajes, con gente que está colegiada, pero como tal, el Colegio no hace auditorías de ningún tipo. Tenemos que conocer qué persona hace esa auditoría. Ese anuncio es más un brindis al sol que otra cosa, esa es la segunda cuestión. Nos pasó cuando Openkratio, una entidad independiente en sistemas de votación, rechazó validar el proceso porque no podía garantizar que fuese limpio.

Pero supongamos que aparece la firma un ingeniero informático, no tenemos ningún tipo de problema en que los peritos hablen; pongamos la información encima de la mesa y veamos cuál es la situación real. De verdad, y con tristeza también lo digo, creo que eso no se va a dar. Creo que la auditoría encargada por Luís Villares no a va a salir a la luz, y en caso de que salga, saldrá algo parecido a lo que sucedió con la del censo: que no se conoce quién la hizo y que sacarán alguna conclusión que diga: “Nosotros auditamos y todo correcto”

—¿Fue un error participar en esta segunda convocatoria de primarias?

—Nosotros lo valoramos colectivamente. Es cierto que hubo visiones de todo tipo y hubo una parte importante de esa candidatura que consideró que no debíamos participar porque vio que previamente había muchas irregularidades. Las posiciones que teníamos era no participar, y que el proceso fuera un camino muy limpio para «Coidando a casa» porque no iban a tener contrincante e iban a continuar con el proceso adelante, y aunque nosotros siguiéramos denunciando que el proceso era irregular, no íbamos a tener demasiadas pruebas porque no íbamos a participar. Entonces nos animamos siendo conscientes de que no había empresa que validara ese proceso y de que podría haber algún tipo de irregularidad. Fue la que tomamos y está bien. Ahora tenemos que seguir avanzando.

—¿Cómo se produciría una ruptura final? ¿Habría una escisión de diputados al grupo mixto, un proceso de formación de una segunda confluencia que competiría con En Marea…?

—Es muy difícil para mí determinar cómo va a ser este proceso. Por un lado, cuando nos presentamos como candidatura, es cierto que están las organizaciones políticas, las alcaldías del cambio, que hay sensibilidades de mucha gente... Pero nosotros no tenemos ningún tipo de control sobre el grupo parlamentario. Nos presentamos a un órgano interno, pero no a los proceso de elección de los cargos institucionales. Entonces, el grupo es autónomo y tenemos que esperar a ver qué sucede.

—Pero entiendo que hay diputados, incluso dentro de su lista, que en una ruptura con el grupo se desvincularían de la disciplina de En Marea.

—La lógica de una algún modo nos indica que sería algo así, pero esta pregunta debería hacérsele más bien a Luís sobre cómo considera seguir de portavoz en un grupo en el que está en clarísima minoría, pero insisto: no es algo que me compete a mí. Lo que sí puedo decir, en general, es que todos los colectivos tenemos la sensación de que queremos seguir apostando por espacios de unidad popular.

—Su lista estaba apoyada por formaciones que en el pasado también entraron en disputa, como Podemos y Anova, o Podemos y la Marea Atlántica, ¿qué les unió esta vez contra una candidatura con un referente como Villares?

—Cuando sale en medios de que hay algún tipo de conflicto de línea estratégica, hay que tomarlo con normalidad en un espacio tan diverso. Si que creo que esos debates los damos públicamente y usamos palabras muy gruesas con cuestiones incluso en lo personal, y yo creo que ahí deberíamos alejarnos, pero es legítimo. Y lo que une no es tanto enfrentarnos a una candidatura muy diferente, lo que nos unió fue que todo este espacio que forma «Entre Todas» tiene claro el camino de la unidad popular

—Personalmente, ¿le gustaría liderar una alternativa a Villares, dentro o fuera o de En Marea, o todos estos sobresaltos le hicieron escarmentar de la primera línea?

—Cuando tuvimos los resultados espectaculares en 2015 y perdimos un escaño en 2016, dije públicamente que me tocaba dar un paso atrás. He seguido haciendo activismo en Ourense como dentro del proyecto municipalista en Ourense. Ahora mismo me encuentro, no en una situación igual, pero en algo similar. Yo sigo estando en situación de aportar en lo que mis compañeras crean que puedo aportar, pero es cierto que fue un proceso de un mes de mucho desgaste. Tenemos que ser conscientes de seguir construyendo, con ilusión y con ganas, porque cuando esa ilusión la tenemos nosotros también se traslada hacia fuera. En un proceso de todas las semanas hay situaciones desagradables, a todo el mundo nos afecta, y no voy a negar que a mí también me afectó. Pero insisto, seguiré haciendo trabajo en segunda, tercera o cuarta fila en el espacio; y si mis compañeras valoran que puedo hacer algo más, lo valoraré en el momento en que me encuentre, pero quiero seguir aportando en segunda, tercera o cuarta fila.