La oposición

La foto que no fue: distinta estrategia, aplausos cruzados

Ciudadanos buscó reeditar la imagen del Parlament en 2017, con medio hemiciclo vacío en la votación

Las claves | ¿Qué está pasando en el Tribunal Constitucional?

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante su intervención en pleno del Congreso de este jueves EFE

La sesión plenaria celebrada ayer fue extraordinaria no solo por su convocatoria en sí, sino por el ambiente en el hemiciclo, con una tensión mucho menos impostada de lo acostumbrado. La excepcionalidad de la situación llevó también a las bancadas de la derecha ... y el centro-derecha a comportarse con una improvisación inusual.

Aplausos intercambiados, estrategias similares y dispares al mismo tiempo, y una sensación en común: la gravedad del debate. Primero fue Iván Espinosa de los Monteros (Vox) quien solicitó a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la suspensión del pleno hasta que se pronuncie el Tribunal Constitucional sobre los recursos de PP y Vox, que consideran inconstitucionales las enmiendas incorporadas a la ley para derogar la sedición con el objetivo de reformar las leyes del Poder Judicial y del órgano de garantías.

Lo siguió Inés Arrimadas (Ciudadanos), quien evocó el 'procés' y comparó la actuación de Batet con la independentista Carme Forcadell en los plenos del Parlament de los días 6 y 7 de septiembre del año 2017, cuando se aprobaron las leyes de desconexión con España. La bancada de Cs se puso en pie para aplaudir a su presidenta, a pesar de su difícil momento interno, pero también las de PP y Vox aplaudieron. Un gesto que repitió después la popular Cayetana Álvarez de Toledo durante el discurso de Arrimadas. Cuca Gamarra (PP) fue la última en intentar la paralización del pleno, pero Batet no cedió.

Cs optó por no participar en la votación de una reforma exprés que, en veintiún días desde su toma en consideración, no va ya solo a derogar la sedición -su propósito inicial- sino a rebajar la malversación y a modificar otras dos leyes orgánicas para forzar la renovación del TC, a la que se resisten los vocales conservadores del CGPJ.

Los de Arrimadas buscaron una foto de unidad e intentaron convencer a PP y a Vox de que se sumasen a ese boicot a la votación. El PP aceptó, pero al contrario que Cs, sí estuvo en el hemiciclo durante ese momento. Los diputados de Santiago Abascal decidieron ausentarse, pero durante el debate, pero sí votaron después. La líder de Cs conversó largo rato con Gamarra en su escaño. Vox fuera del hemiciclo y Cs en la tribuna coincidieron otra vez: es necesaria una moción de censura.

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