director del memorial de víctimas del terrorismo
Florencio Domínguez: «Debemos conseguir que el sistema educativo transmita qué fue ETA»
Acaba de presentar, junto a María Jiménez, el libro 'Sin Justicia', sobre los atentados sin resolver
Las secuelas de ETA 36 años después del ataque a la casa cuartel de Zaragoza
Florencio Domínguez (derecha) en una imagen de archivo
Este miércoles, 15 de noviembre llegó a las librerías 'Sin Justicia. Más de 300 asesinatos de ETA sin resolver' (Espasa). El escritor, periodista y director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, y María Jiménez, periodista, investigadora sobre ETA ... y doctora-profesora de la Universidad de Navarra, son sus autores. El balance de la banda terrorista se concreta en 850 asesinatos, 2.500 heridos y un centenar de secuestrados. En más del 40% de los atentados, los autores materiales de los crímenes no han sido condenados. Este libro recupera las historias personales que hay detrás de cada uno de esos ataques sin respuesta judicial. Domínguez atendió a ABC por teléfono para hablar de la obra.
-¿De qué fuentes habéis bebido?
-Principalmente hemos rastreado resoluciones judiciales e informes policiales, para proporcionar datos. También distintos análisis de los cuerpos policiales.
-¿Cuál fue la época de ETA más dañina para la sociedad española?
-Los años de plomo. Desde 1978 hasta finales de los años 80. Sólo en ese periodo están tres cuartas partes de los casos sin resolver. También fue cuando la tarea de los cuerpos de seguridad era más difícil. Casi el 87% de los casos se concentraban en País Vasco y Navarra, donde no había colaboración ciudadana. En documentos se relata que se llegaba a un atentado al centro de San Sebastián, a mediodía, y nadie había visto nada. Las Fuerzas de Seguridad estaban entonces a la defensiva por el acoso a los acuartelamientos y a su vida privada. Para poner una patrulla en la calle había que triplicar los efectivos para protegerla. Aquello consumía mucho esfuerzo e iba en detrimento de otras labores policiales. Aunque es evidente que hubo efectividad, porque poco a poco se fue reduciendo la capacidad de actuación de los terroristas. De esa época se arrastran algunas consecuencias como que no se conocen los autores con sentencia judicial en 312 casos. La Policía tenía indicios pero o bien no podían detener o hubo personas o juzgadas y no condenadas. El 40% de los casos están sin resolver, pero que seamos exigentes y nos centremos en los datos no debe hacernos olvidar que ETA es responsable de todos los crímenes.
-¿Hace falta que las nuevas generaciones conozcan la historia detrás de cada atentado?
-Debemos conseguir que el sistema educativo transmita información de lo que fue ETA y lo que ha supuesto el terrorismo en España durante décadas. Que en los cursos superiores tengan conocimiento y acceso directo al testimonio de las víctimas porque genera empatía y provoca deslegitimación de la violencia como ningún otro instrumento. Cada testimonio combate el discurso de odio del terrorismo.
-¿Cómo vivió la inclusión de terroristas con delitos de sangre en las listas de Bildu para las elecciones municipales?
-Es un símbolo más de que el brazo político de ETA no ha roto los vínculos sentimentales con el terrorismo. Tiene pendiente hacer una autocrítica y una deuda con la sociedad que no han cubierto.
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