Feijóo sella en Ermua un plan para revertir el blanqueo proetarra
Se compromete a facilitar el esclarecimiento de los 379 crímenes de ETA sin revolver, a que los homenajes sean delito y a impedir listas con condenados por terrorismo
El 71% ve a Feijóo ganador, tres puntos más que antes del debate
El día amenazaba lluvia, pero las nubes han respetado el homenaje a Miguel Ángel Blanco en Ermua. Sin embargo, en el ambiente reinaba un tono gris y plomizo que recordaba, y mucho, a las escenas que se vivieron en esas mismas calles hace 26 años, cuando todo un pueblo salió en masa para pedir su libertad. Un 'espíritu de Ermua' que el Partido Popular hoy se ha comprometido a mantener vivo. «Vamos a seguir diciendo ETA no; vascos sí», prometió Alberto Núñez Feijóo.
El acto constituía para el PP un punto y aparte en la campaña electoral. Un valle entre tanto mitin convencional. En la campaña electoral en la que, tras las listas presentadas por Bildu en los comicios del 28M, el relato sobre el pasado y la derrota de ETA es espacio de confrontación. Con el PSOE reivindicando para sí, incluso en su programa electoral, el logro del fin de la violencia terrorista.
Feijóo reivindicó ayer la «fortaleza» de la democracia española y defendió que la derrota de ETA se consiguió «gracias a la fortaleza de la nación española, de la ley, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de pueblo español y sobre todo de víctimas como Miguel Ángel Blanco».
El presidente del PP traslado también su firme intención de reducir al máximo la influencia de los independentistas en las instituciones. Esto lo lograrán, aseguró, «modificando» el delito de homenaje y exaltación de terroristas, para lograr así «impedir actos de humillación a las víctimas».
Además, se comprometió a presentar un proyecto de ley que impida la presencia de personas condenadas por terrorismo en las listas electorales. ABC avanzó hace dos semanas que el PP iba a incluir en su programa la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) para impedir que condenados por terrorismo que no se hayan arrepentido o los fugados puedan integrar una candidatura electoral.
Así reza el texto de la propuesta: «Modificaremos la Ley Orgánica del Régimen Electoral General para impedir que quienes hayan sido condenados por terrorismo puedan ser elegibles sin acreditar arrepentimiento, perdón y resarcimiento a las víctimas y colaboración con la Justicia y a quienes se encuentran en situación de busca y captura».
El papel de Bildu y sus ideas
En un contexto en el que cualquier alternativa de un Gobierno de Pedro Sánchez pasa necesariamente por el entendimiento con Bildu, y tras la experiencia de los últimos cinco años, Feijóo reivindicó un cambio porque «el presente y el futuro de España no puede estar impuesto por quienes planificaron, ejecutaron o aplaudieron crímenes como Miguel Ángel Blanco» y «tampoco por aquellos que nunca se arrepintieron o colaboraron en la resolución de tantos crímenes».
El fin de la actividad terrorista no es entendido como un eximente del pasado. Y Feijóo hizo hincapié en combatir unas ideas que fomentan la segregación y los privilegios en lugar de la integración y la solidaridad. «No podemos ni debemos olvidar que quienes mataban usaban la coartada de ideas que animaban a ejecutar a personas como Miguel Ángel. Si esas ideas no pudieron con la fuerza democrática entonces, tampoco podrán ahora». Feijóo recordó cómo «las víctimas inspiraron un dolor indescriptible a la nación», y quiso dirigirse a todas ellas para asegurarles que en el PP ni han «olvidado», ni olvidarán «jamás».
También recordó que el programa electoral recoge su firme intención de poner «a disposición de la justicia» todos los medios para seguir investigando los 379 asesinatos que aún están por resolver. «Cada uno de los que estamos aquí hemos sentido muy de cerca el miedo y la persecución», recordaba Marimar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco. Su discurso estuvo presidido por una gran imagen de Miguel Ángel Blanco, que lo hacía más emotivo si cabe. «Hace 26 años mi hermano fallecía después de ser sometido a 48 horas de tortura, mientras Otegi pasaba un estupendo día de playa», sentenció.
«Olvidar la historia»
Por eso, Marimar Blanco reivindicó el acto de este jueves en Ermua como una forma de contrarrestar la operación de «olvido e impunidad» que, a su juicio, están intentado llevar algunos a cabo. A todos los presentes ha solicitado, además «mantener la dignidad» del país del que Miguel Ángel se sentía «orgulloso».
Recordada la figura de su hermano, centró su discurso en criticar la «anomalía democrática» que supone la presencia en las instituciones de partidos que «no condenan el terrorismo». Considera que este hecho es consecuencia de que haya saltado por los aires «la línea divisoria» que trazó el 'espíritu de Ermua' entre demócratas y terroristas.
Todo ello ha provocado, en su opinión, una legislatura «infame» para la memoria de su hermano y del resto de víctimas. Ha criticado la estrategia de «banalización del terrorismo» que ha dejado a Bildu «triunfante» y a las «víctimas humilladas». «No todo vale en política», insistió, en clara referencia a los pactos del Gobierno de Sánchez con la coalición independentista.
La dignidad de las víctimas
También se mostró convencida de que, por todo ello, Feijóo será el próximo presidente de España, y por ello, le pidió una de sus prioridades sea «la dignidad de las víctimas del terrorismo». En ello también tratará de colaborar la Fundación Miguel Ángel Blanco, que este año tiene como lema 'ni queremos, ni podemos olvidar'. «Olvidar o manipular la historia es humillar a las víctimas y adulterar el marco de la convivencia».
Feijóo estuvo después en Burgos y hoy seguirá su campaña en Oviedo y Santander. Pero el ánimo que se encontró el presidente del PP en su visita al País Vasco fue muy positivo. Al término del acto Feijóo pasó por la sede del partido a conversar con los militantes. El presidente del PP y su equipo pararon a comer en Vitoria donde encontraron un ambiente no muy distinto al que viven en otras zonas de España. Las perspectivas de crecimiento aquí no son las que se van a experimentar en Cataluña. Pero la receta y la estrategia es la misma: ningún territorio se da por perdido.
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