La silla del presidente

El medirlo todo ha llevado a Ximo Puig a elegir dos debates electorales en campaña. Acudirá al que organiza la televisión pública valenciana así como también al de un medio afín, con Puig y su partido. Jugará en casa. La estrategia, el temor, y el medir al milímetro las veces que se pondrá al lado del candidato a la Presidencia por el PPCV Carlos Mazón ha hecho el resto. En privado, los más cercanos al presidente se jactan del poco conocimiento que Mazón tiene en la calle, pero a la hora de la verdad, son ellos los que no quieren verlo cerca. Último ejemplo el sábado pasado en Alcoy, busquen el vídeo.

Toda esta situación me sorprende y me preocupa. En el talante que hemos conocido del jefe del Consell en estos ocho años no fue habitual verle rehuir la pelea pública. Aceptó siempre entrevistas o encuentros que no apuntaban a cómodos, lo hizo con naturalidad y desparpajo, hasta hoy. En 2019 acudió a los debates electorales a los que se le requirió. Cuatro años después, por mucho que le des a la calculadora los números no salen y ya se sabe, en tiempos convulsos, nada reconforta más, que el calor de los de uno.

Como información de servicio, recuerdo que convocados hay cuatro debates con los candidatos a la presidencia de la Generalitat, no dos, cuatro. Que en su derecho más absoluto, Ximo Puig, como cualquier candidato decidirá, en qué silla se sienta y en la que no lo hace. En el debate organizado por Las Provincias y COPE Valencia, habrá silla vacía, y a veces, las sillas vacías, también dicen cosas