CRÓNICAS SABÁTICAS

Tesla, Ximo Puig y la guerra en el socialismo valenciano

Al todavía secretario general de los socialistas valencianos y presidente en funciones de la Generalitat le han mandado los electores a la oposición y ahora son algunos de sus compañeros de partido los que quieren enviarle a casa

Imagen del secretario general del PSPV-PSOE y presidente de la Generalitat en funciones, Ximo Puig EP

Ximo Puig atraviesa una de esas etapas en las que como lave el coche en un día de sol radiante acabará lloviendo barro. En el PSPV-PSOE no cesa el diluvio tras la derrota en las elecciones del 28M. Al todavía secretario ... general de los socialistas valencianos y presidente en funciones de la Generalitat le han mandado los electores a la oposición y ahora son algunos de sus compañeros de partido los que quieren enviarle a casa.

En este contexto de difícil digestión de la pérdida del poder se ha cruzado la convocatoria de las elecciones generales del 23J y una campaña que ha brindado a Ximo Puig una suerte de segunda vuelta.

La izquierda valenciana parte de la base de que el electorado se ha equivocado al aupar al gobierno de la Generalitat al popular Carlos Mazón (863.000 votos) con el respaldo de Vox (302.000 sufragios).

En el Palau de la Generalitat se lamenta que el grado de conocimiento y la popularidad de Ximo Puig entre los valencianos, unido a la valoración de su gestión que apuntaban las encuestas, no hayan sido suficientes para revalidar por tercera vez su mandato.

En este punto, la apuesta por vender la gigafactoría que Wolskwagen instalará en Sagunto como ejemplo de buen gobierno no ha surtido efecto en las urnas. Con todo, quedaban algunas balas, conforme esbozó el propio Puig en la campaña electoral cuando explicó, a falta de nueve días para la celebración de los comicios, que la Generalitat tenía «negociaciones abiertas con diez multinacionales» para que se instalaran en la Comunidad Valenciana. El derrotado candidato socialista cuantificó sus expectativas: «Hablamos de una inversión total de 24.400 millones de euros y la creación de 43.000 empleos directos».

ABC no tuvo oportunidad de preguntarle a Ximo Puig por aquel jugoso anuncio toda vez que fue el único candidato a las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana que rechazó ser entrevistado por este periódico.

Este miércoles, 7 de junio, mientras en el seno del PSPV-PSOE se afilaban los cuchillos para plantarle cara a Ximo Puig con la elaboración de las listas para las elecciones del 23J y la composición del grupo socialista en la Diputación de Valencia, el diario «Levante-EMV» abría su edición impresa a cinco columnas con el siguiente titular: «Una gran multinacional del automóvil quiere invertir más de 4.500 millones en Valencia».

La información no identificaba la fuente, pero hablaba literalmente de que la Generalitat «cerró ayer (por el martes) un proyecto vinculado a la automoción con una multinacional del sector de la electromovilidad».

Dirigentes socialistas afines a Ximo Puig no tardaron en celebrar la noticia, que sumaron al «legado» que deja la izquierda en la Comunidad Valenciana. No en vano, aunque la información no explicitaba la fuente, dejaba claro cuáles eran y de dónde procedían los movimientos: «La intención de la Generalitat es concretar las bases del proyecto territorial estratégico que van a acelerar la inversión antes de que se produzca el cambio de gobierno». Blanco y en botella.

El mismo miércoles por la noche, elDiario.es apuntaba en un titular el nombre de Tesla entre interrogantes como la empresa que podría estar dispuesta a traer una lluvia de inversiones. A lo largo del jueves, el periódico digital prescindía del condicional y lo daba por hecho: «Tras Volkswagen, Tesla: la multinacional norteamericana planea una inversión de 4.500 millones en la Comunitat Valenciana». En este caso se citaban «fuentes autonómicas».

Con la noticia corriendo como la espuma por todos los medios, incluidas agencias de prestigio que tampoco aclaraban la procedencia de la información, la Generalitat Valenciana dio su versión exactamente a las 14.29 horas de este jueves con un inusual comunicado oficial disponible en su página web: «La Generalitat desmiente que exista un acuerdo cerrado con la multinacional Tesla -vinculada al sector del automóvil eléctrico- y no confirma las diferentes informaciones que han surgido en esa dirección sobre inversiones de esa empresa en el territorio valenciano». 

A modo de apunte, la vicepresidenta y portavoz en funciones, Aitana Mas, eliminó un tuit en el que alardeaba de que gracias a las políticas de Compromís el magnate Elon Musk «está interesado en invertir» en la Comunidad Valenciana.

Ante el elocuente silencio de Tesla y a tenor de las explicaciones del Gobierno valenciano todo apunta a que se ha querido vender la piel del oso antes de cazarlo. Es decir, apuntar una operación histórica de 4.500 millones de euros (la inversión de Wolskwagen en Sagunto se quedará en los 3.000), que todavía no está cerrada, sin dar nombres para poder sacar pecho de la gestión de un Ximo Puig derrotado en las urnas y cuestionado en su propio partido en puertas de una nueva campaña electoral para el 23J.

Resulta inconcebible pensar que el aún presidente en funciones de la Generalitat se inventara en el Nueva Economía Forum que una decena de multinacionales están dispuestas a desembarcar en tierras valencianas con miles de millones de euros y de empleos. Es, de hecho, altamente probable que Tesla esté interesada en la Comunidad Valenciana y que se hayan entablado negociaciones y producido visitas de sus directivos. Sin embargo, las cláusulas de confidencialidad que suelen adjuntarse a operaciones de esta magnitud para no arruinarlas, obligaban a una discreción que impedía hacer alarde del último gran logro de Ximo Puig. Y alguien, no identificado pero con muy buena información del Palau de la Generalitat, ha hablado antes de tiempo y más de la cuenta.

Por el bien de la Comunidad Valenciana y más allá del político que se cuelgue la medalla, ojalá cristalizara una operación a la que faltarían flecos tan importantes como el emplazamiento que necesita una fábrica de coches o los fondos europeos que la impulsen, por lo que parece que todavía va para largo. Un año según alguna radio que tampoco cita su fuente.

Al menos así lo deja entrever la nota de la Generalitat: «La voluntad del Gobierno valenciano es continuar trabajando mientras dure su actual mandato para garantizar que todas esas gestiones puedan culminar a lo largo de los próximos meses, siempre en beneficio del progreso y la prosperidad del pueblo valenciano, que es su único objetivo».

Para lo que no queda margen temporal es la para la lucha abierta ya en el seno del PSPV-PSOE, donde Carlos Fernández Bielsa ya está haciendo valer su peso como el alcalde socialista más votado en España, frente a un Ximo Puig que no va a rehuir una guerra que ya ha escrito su primera batalla con las discrepancias sobre los integrantes de las candidaturas socialistas por Valencia para el Congreso y el Senado. Ferraz tendrá la última palabra.

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