Con unos cordones y en tres minutos: así fue la fuga de «película» de un preso en los juzgados de Valencia

De hecho, el fugado estaba cumpliendo una condena de cuatro meses de prisión en la cárcel de Picassent por haber quebrantado una orden de alejamiento respecto a su expareja, sobre la que se ha reforzado la seguridad. Pablo Antonio habría salido del establecimiento penitenciario -donde permanecía en un módulo de presos conflictivos- el próximo mes de noviembre.

Sin embargo, su futuro no era especialmente halagüeño. El pasado 9 de abril había sido detenido en un control policial en la autovía A-7, a su paso por la localidad de Sagunto, mientras conducía sin permiso un coche en cuyo maletero fueron hallados 32,6 kilos de hachís.

Este martes fue trasladado por la Guardia Civil desde la cárcel a la Ciudad de la Justicia de Valencia . Estaba citado para ser juzgado por aquellos hechos por el juzgado de la penal número dieciocho. La vista se celebró conforme a lo previsto. Fue rápida, casi tanto como su posterior fuga , ya que se saldó con un acuerdo de conformidad entre la Fiscalía y la defensa, según explicó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).

La magistrada dictó una sentencia in voce por la que se condenó al acusado a tres años y un día de prisión como autor de un delito contra la salud pública, en su modalidad de sustancias que no causan grave daño a la salud en cantidad de notoria importancia, con la concurrencia de la atenuante de drogadicción.

Además, la titular del juzgado le impuso otra pena , de cuatro meses y veinte días de prisión, por un delito de conducción de vehículo a motor sin el correspondiente permiso, en este caso con la apreciación de la circunstancia agravante de reincidencia.

Tras la celebración de la vista, Pablo Antonio R. R. fue conducido por parte de la Policía Nacional a los calabozos de la Ciudad de la Justicia de Valencia, desde donde tenía que haber regresado a la prisión de Picassent . A las once y media de la mañana los agentes encargados de custodiar a los presos se dieron cuenta de que no estaba en el calabozo. De acuerdo con fuentes de la investigación, el preso estaba junto al fugado en la celda les explicó que Pablo Antonio R. R. había empleado los cordones de sus zapatillas para hacer un lazo con el logró deslizar el pestillo del calabozo.

Una vez abierto el cerrojo exterior, emprendió una huída rápida de apenas tres minutos . Desde los pasillos subterráneos accedió a la planta baja, donde un lunes a las once y media de la mañana hay centenares de personas que acuden a la Ciudad de la Justicia de Valencia. Sin embargo, todavía no se había dado la voz de alarma a la Guardia Civil y a la seguridad privada del recinto y pudo atravesar el vestíbulo hasta la puerta principal.

Las cámaras de seguridad le grabaron saliendo por la puerta principal de las instalaciones judiciales. Su rastro se perdió en la avenida del Profesor López Piñero , frente a la Ciudad de las Artes y la Ciencias de Valencia y junto a un concurrido centro comercial. Pablo Antonio R. R., que había sido condenado esa misma mañana a más de tres años de cárcel, se fugó en apenas tres minutos .

La Policía Nacional mantiene activado un operativo para localizar al preso, en el participan también agentes de la Guardia Civil y de la Policía Autonómica.