Puigdemont irrumpe en la negociación catalana y enfría el acuerdo con ERC

Esquerra aspiraba a una negociación rápida que condujera a una fugaz investidura de su presidenciable, Pere Aragonès , pero en Junts parecen no tener prisa y han optado por una estrategia pensada en alargar al máximo los plazos y resistir la presión ambiental. Ello ha provocado ya el enfado de la CUP, que ha criticado repetidamente en las últimas horas las formas de Junts. En ERC, mientras tanto, mantienen la templanza y optan por complacer las demandas de sus potenciales socios y mimarlos con gestos afectuosos delante de las cámaras - Aragonès y Borràs han intercambiado hoy múltiples afectos ante los focos en el 'pre' y el 'post' de la sesión inaugural de la legislatura-.

La investidura de Borràs , zanjada sin sobresaltos pero en el último día que contemplaba el calendario, es un primer paso para el acuerdo entre soberanistas, pero desde Waterloo, cuartel general de Puigdemont, no dan nada por zanjado. «No se puede dar por hecho aún que nos entenderemos para formar gobierno» . Así de contundente se ha mostrado este viernes el expresidente catalán desde Bélgica en una entrevista con 'El Punt Avui', diario en el que trabajó y que aún le sirve de tribuna.

Con sus declaraciones, Puigdemont -que esta semana perdió la inmunidad tras una votación celebrada en el Parlamento Europeo- reivindica su rol en las negociaciones y apuesta por mantener la tensión con los de Oriol Junqueras . De paso, recupera una vieja exigencia de los neoconvergentes: acabar con la disparidad de criterios entre Junts y ERC en el Congreso. No puede ser que en Madrid unos vayan por su cuenta haciendo tratos con el Gobierno que implican a todo el movimiento, ha aseverado el líder independentista.

En estos momentos, el objetivo del expresidente es formar una unidad de acción de Junts y ERC ante Pedro Sánchez y plantear esta exigencia como una condición inevitable si ambos partidos quieren gobernar juntos y recuperar la confianza perdida. A la práctica, esa comunión estratégica supondría que los republicanos (con 13 escaños) ceden a la vía del 'no a todo' que ejerce Junts (que se quedó con cuatro escaños tras romper con el PDECat). Ello, de rebote, dificultaría más aún la «geometría variable» que tanto cuida desde el inicio de la legislatura el Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos.

El exdiputado republicano Joan Tardà , hoy retirado de la primera línea política, pero hábil vaticinando los movimientos futuros del «procés», ha relacionado rápidamente las palabras de Puigdemont con la frialdad que ha exhibido hoy Borràs con su predecesor -el republicano Roger Torrent-, a quien ni siquiera ha mencionado este viernes en su primer discurso como presidenta. «Good morning Vietnam!», ha ironizado el exdirigente republicano.