Artur Mas sopesa presidir la nueva Convergència

En las últimas semanas, Mas ha consultado múltiples voces dentro de CDC sobre cuál creen que debería ser el papel que juegue él en el nuevo partido.

Los cargos directivos de la nueva Convergència, ha señalado, estarán «separados» de las responsabilidades institucionales y podrán prolongarse como máximo dos mandatos, ocho años en total.

La renovación con respecto a la vieja CDC debe pasar, a su juicio, por figuras que se ha incorporado en los últimos diez o quince años a las estructuras convergentes.

Mas ha apuntado que la nueva formación tendrá una presidencia de corte representativo y, si bien ha evitado confirmar que sea este su futuro rol dentro del partido, fuentes convergentes consultadas por Efe han indicado que «lo más probable» es que ocupe este cargo.

Por otra parte, Mas también se ha referido a las conversaciones desveladas por el diario digital Público.es en las que el director de la Oficina Antifraude, Daniel de Alfonso, exponía al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, un plan para derribar a Mas y situar al frente de CDC a un perfil más moderado como el de Germà Gordó.

Mas ha puntualizado que hace un año Gordó no le escondió su voluntad de sucederle al frente del partido: «Él me dijo que aspiraba a la sucesión», ha asegurado.

«Para mí no es ninguna sorpresa que haya personas que aspiren a determinadas responsabilidades», ha señalado Mas, que no ve en ello «ninguna conspiración en alianza con los poderes del Estado».

Mas ha admitido que en 2011 propuso a De Alfonso para el cargo «sin conocerlo de nada», simplemente porque le plantearon el nombre como solución de consenso para que el Parlament pudiera elegirlo con una mayoría de tres quintas partes de los diputados.