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El Sónar se infiltra en territorio Gaudí para traerse al futuro el órgano del Palau Güell

El festival barcelonés expande las posibilidades del instrumento con el proyecto 'Hyperorgan'

El maestro organero Albert Blancafort junto al órgano del Palau Efe
David Mor�n

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Un órgano de los de toda la vida, con sus tubos, sus teclas, sus registro y sus pedales, pero expandido más allá la vanguardia de la creación musical. 1.386 tubos y dos teclados manuales de 56 notas que son en realidad mucho más. ... Porque esto en realidad no es un órgano, sino un hiperórgano. Un instrumento con las raíces bien plantadas en el pasado y las antenas orientadas hacia el futuro con el que el Sónar apuesta por «ayudar a que el órgano salga de lo académico y llegue al público». «Forma parte del ADN del Sónar este tipo de proyectos en los que arte y la tecnología se ponen a trabajar juntos», explica el codirector del Sónar, Ricard Robles.

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