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Ópera -Liceu

Milagro Nucci

La actuación de Nucci en el estreno de «Simon Boccanegra» fue tan maravillosa como emocionante y fundamental para tirar adelante un espectáculo lastrado por una puesta en escena tan poco atractiva

Nucci, en un momento de la representación A. BOFILL

PABLO MELÉNDEZ-HADDAD

Que un señor de 74 años -los hace el sábado- sea el mejor del reparto de una ópera verdiana y brinde una lección de teatro musical es un milagro. Leo Nucci lo hizo posible, quien al asumir el papel protagonista de este «Simon Boccanegra» -que en posteriores funciones encarnará Plácido Domingo- volviendo a dejar patente que es un fenómeno de la naturaleza al cantar de manera fantástica un rol lleno de exigencias dramáticas.

Su actuación fue tan maravillosa como emocionante, fundamental para tirar adelante un espectáculo lastrado por una puesta en escena tan poco atractiva como cuando se estrenó hace un par de lustros. Firmada por José Luis Gómez, quedó claro que al director de escena le interesa bien poco su criatura, tanto que ni siquiera viajó a Barcelona para reponerla dejándola en manos de una eficaz Susana Gómez.

Con Nucci al mando, el barco no naufragó. Sus compañeros de reparto lo secundaron inspirados, aunque con altos y bajos, sobre todo por la prestación de la soprano Barbara Frittoli, quien a pesar de su maravilloso timbre evidenció múltiples carencias, sobre todo en los extremos del registro, con agudos siempre al límite y destemplados y graves entubados cuando no los emitía de pecho; la salvó la belleza de su voz y los pocos pianísimos que aplicó. José Bros debutó el papel de Gabriele Adorno -en reemplazo de Fabio Sartori, enfermo- apoyándose en su fraseo inmaculado, fiel a su origen belcantista; su punto débil, en todo caso, siguen siendo los agudos «en forte», no siempre cómodos.

Muy convincente estuvieron en sus partes Damian del Castillo, Paco Vas y, sobre todo, un Àngel Òdena muy seguro y medido en su fundamental Paolo Albiani, dando lo justo cuando fuera necesario. Completó el reparto Vitalij Kowaljow con un Fiesco de voz muy timbrada, sonora y seductora, pero con graves extremos nada cómodos ni bien proyectados e, incluso, con algún problema de afinación.

La dirección de Massimo Zanetti, con intensidad teatral, consiguió un buen rendimiento de la Simfònica y del nutrido coro liceísta, aunque los internos no siempre se escucharon bien: paradójicamente faltó amplificación.

«Simon Boccanegra»

Música: G. Verdi. Intérpretes: L. Nucci, B. Frittoli, J. Bros, V. Kowaljow, À. Òdena, D. del Castillo. O. y C. del Gran Teatre del Liceu. Dirección: M. Zanetti. Dir. escena: J. L. Gómez, S. Gómez. Lugar: Liceu, Barcelona. Fecha: 12 de abril.

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