Perros en remojo, un buen rato que requiere precaución

Eso sí, los perros, igual que las personas necesitan cuidados especiales cuando van a la playa y hay que vigilar porque pueden sufrir golpes de calor o quemaduras por el exceso de sol. Los expertos, por ese motivo, aconsejan una serie de precauciones a tener en cuenta para evitar que el rato en la playa tenga secuelas para el perro.

- Miedo inicial. El agua no siempre apasiona a los perros y aquellos que no han estado nunca en la playa o río pueden mostrarse temerosos en un primer momento. Para que se sientan a gusto en el agua merece la pena jugar con ellos a pelota allá donde rompen las olas. Si no acaban acomodándose en el agua no pasa nada, pero sí que es interesante que mientras estén en pleno sol y cerca del agua vayan remojándose.

- Sin grandes nados. Los perros no son animales acuáticos por lo que no suelen pasar mucho rato en el agua. Generalmente disfrutan con un chapoteo o un baño "exprés" que les permita refrescarse. Por ese motivo, no hay que forzar al perro a estar en el agua con el resto de la familia y también es aconsejable bañarlo en zonas sin corrientes y sin profundidad.

- Quemaduras solares. La piel de los perros también puede quedar afectada con el exceso de sol, especialmente aquellos con pelo o piel más clara, como los dalmatas por ejemplo. Una buena opción para prevenir de esto es aplicar la crema solar de uso humano a patas, nariz o zonas sin piel o pigmentación del perro. También hay que protegerle de la arena excesivamente caliente para que no se quemen las patas.

- Cuidado con el calor. Los perros, así como otros animales, también pueden sufrir golpes de calor y refrescarlos con un baño no es suficiente para que se reconforten. Algunas razas, así como cachorros y perros mayores, son más susceptibles de sufrirlo. No olvides traer agua fresca para el perro y además éste también agradecerá una sombrilla para refugiarse de los rayos de sol. Por esta misma regla, es aconsejable visitar la playa en las horas con menos calor.

- Nunca agua salada. No les suele sentar bien y les provoca diarrea, vómitos y otros problemas gastrointestinales. De hecho, es posible que la prueben y que la acaben escupiendo. Hay que vigilar si la beben.

- Sin collares. No es aconsejable que los perros lleven el collar mientras se bañan, si están acompañados para prevenir que se puedan oxidar, si no fueran de buena calidad, y herirles. Además, los collares antipulgas pueden perder su efectividad.

- Picaduras de medusa. A los perros también les pueden picar las medudas, con lo que hay que evitar que se bañen si visitamos una cala con presencia de estos animales urticantes. Si por desgracia se produce una picadura de estas características, lo más aconsejable es trasladar al perro a un veterinario para que le administre el correcto tratamiento.

- Baño dulce posterior. Como nosotros, los perros agradecen un baño de agua dulce para eliminarnos la sal del cuerpo e hidratar de nuevo la piel. Además, hay que vigilar que no acumulen arena en sus orejas.

- Juegos con ellos. No hay nada que guste más a un perro que jugar con su dueño y la playa es el escenario perfecto para reforzar la relación entre amo y can. Un simple juego con "frisbee" o con una pelota le hará pasar un rato excelente.