El Any Llull reivindica con más de 300 actos al pensador mallorquín

O, en palabras del consejero de Cultura de la Generalitat, Santi Vila, la conmemoración tiene que ser «una oportunidad magnífica para subrayar la trascendencia de Llull» y abrir plano más allá de lo estrictamente lingüístico y literario.

«A Llull lo conocemos sobre todo desde el punto de vista de la lengua y la literatura, pero fue también filósofo, pensador, teólogo… Lo leían con provecho en la Rusia del siglo XVIII y en el Milán del XV y sabemos que Newton tenía libros suyos en su biblioteca», apuntó ayer Joan Santanach, comisario de un Any Llull que hasta finales de 2016 conmemorará el séptimo centenario de la muerte del escritor mallorquín con más de 300 actividades.

«Es un personaje básico en la historia del pensamiento europeo, y seguramente no lo sabemos», añadió Santanach, para quien el programa de actividades orquestado en torno a la onomástica e impulsado por el Gobierno catalán en colaboración con el balear busca reforzar el carácter poliédrico y desbordante del personaje.

Es por eso que, además de un cuidado catálogo de publicaciones que incluye nuevas ediciones de «Llibre de les bèsties», «Llibre d’amic i amat» y «Art demostrativa» y traducciones al castellano, inglés, alemán y rumano, el Any Llull propiciará desde una exposición en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona centrada en su pensamiento estético-religioso a una serie de animación ideada por el canal autonómico IB3 pasando por una adaptación teatral de «Llibre de les bèsties», una cantata de Salvador Brotons o el fresco monumental que el también mallorquín Miquel Barceló le ha dedicado en la Biblioteca Nacional de Francia. Al mismo tiempo, la biblioteca gala acogerá una exposición de obra gráfica y otra de manuscritos de Llull que pertenecen a su fondo.

Con un presupuesto de 718.000 euros, el Any Llull también busca poner en valor el perfil más internacional del autor de «Blanquerna», por lo que, a pesar de que el grueso de actividades se celebren en Cataluña y Baleares, también hará las maletas para programar mesas redondas en ciudades como Berlín, París, Florencia, Milán, Londres, Alger, Bruselas o Nueva York, entre otras. También la exposición «La desmesurada vida de Ramon Llull» será viajera y pasará por Galicia, Madrid, Valencia y Andalucía.

Al hilo de la proyección internacional que acompaña a la conmemoración del Any Llull, el consejero de Cultura Santi Vila, aprovechó para poner en valor la «diplomacia cultural» después de la suspensión, este misma semana, de la consejería de Asuntos Exteriores por parte del Tribunal Constitucional.

El mejor embajador de Cataluña es su cultura y creadores, aseguró Vila, para quien «la experiencia demuestra que el Estado español necesita mejorar en esta cuestión, porque la diplomacia moderna está vinculada al comercio y también a la cultura».

«El trabajo hecho y el que estamos haciendo tiene que ver con esta nueva diplomacia, muy atenta y cercana al tejido real, y en el departamento de Cultura lo haremos, como es nuestra obligación en materia de nuestras competencias», añadió el responsable de Cultura del gobierno catalán.