Albert Rivera ya no va a los toros

El pasado jueves, con la plaza sevillana a reventar, tras romperse el paseíllo, una señera surgió del tendido, una bandera catalana que fue recibida con una explosión de júbilo rubricada con una gran ovación. En la cuatribarrada una leyenda: "Cataluña es taurina", y los aplausos resonando hasta la Giralda, con la misma intensidad que las ovaciones a El Juli y Manzanares en las tardes de triunfo, o a "Orgullito", el toro de Domingo Hernández que se ganó la vida con su sangre brava

Y es que cada vez que un aficionado catalán en su exilio ocupa el tendido de una plaza de toros, se produce una irrefrenable muestra de solidaridad de quienes sí mantienen la libertad de ir a los toros.

Hace unos años en La Maestranza, el mismo recibimiento de hermandad que tuvieron el pasado jueves los catalanes que enarbolaron su bandera para reivindicar una pasión hurtada, tuvo el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. En el callejón vivió una tarde de toros, y en su gesto se vislumbró libertad. Unos meses antes, en la Monumental de Barcelona, los aficionados lo sacaron a hombros junto al diestro catalán Serafín Marín por su compromiso con la Fiesta.

Pero las cosas cambian, y Albert Rivera ya no va a los toros. En Sevilla estuvo hace unos días y no dejó de pasear por la Feria... A La Maestranza ni asomarse. Digo yo que será cosas de los tiempos y de la política. Alguien debió decirle que en la plaza en la que le vitorearon, un grupo de paisanos siguió reclamando la libertad perdida.