Gonzalo de Oro-Pulido, candidato de Vox en Barcelona: «Representamos a los que no quieren separatismo ni comunismo»
El candidato propone dar la vuelta a medidas de Colau para que «tanto vivir como circular por la ciudad no sea solo un lujo para ricos»
Barcelona
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Iniciar sesiónGonzalo de Oro-Pulido se define como «un autónomo normal y corriente» que en 2017 a raíz de la deriva independentista en Cataluña empieza a colaborar con movimientos asociativos. El que será el candidato de Vox en las elecciones municipales para Barcelona este mes ... de mayo se afilió en 2018 a la formación para aportar su «granito de arena, pero sin intención de hacer carrera política». Con el paso de los años fue cogiendo responsabilidades hasta que el partido acabó confiando en él a finales del año pasado para el reto de conseguir por primera vez representación en el Ayuntamiento de Barcelona. El candidato habla con ABC del reto que tiene sobre la mesa.
—Vox no pudo entrar en 2019 en el Ayuntamiento pero ahora parece más posible. ¿Estáns animados con los resultados que os dan los sondeos?
—Nosotros no creemos mucho en las encuestas porque siempre nos penalizan como en las últimas autonómicas, cuando nos daban cero diputados y al final sacamos muchos más votos que CS y PP juntos. La realidad es que encabezamos el voto nacional y patriota en Cataluña. Somos el auténtico representante de los que no quieren separatismo ni comunismo. Hace años había gente que nos miraba con reticencia pero ahora noto cariño. Mucha gente me dice que no ha votado a Vox y que me votará porque nos ven como la única alternativa.
—El constitucionalismo en Barcelona lleva unos años muy fragmentado. ¿Pueden ser la fuerza aglutinadora?
—Necesitamos aunar y unir los votos en una sola candidatura, que por lógica tiene que ser la de Vox porque lideramos el movimiento constitucionalista en Barcelona. La gente sabe que, al final, somos la solución: si gobernamos somos los únicos que vamos a cambiar cosas y si nos toca estar en la oposición somos los únicos que haremos oposición de verdad.
—¿Cuáles son sus líneas de actuación prioritarias para Barcelona?
—Nos preocupan las preocupaciones de los barceloneses y la primera, según todas las encuestas, es la inseguridad y queremos ir al origen del problema: el 76% de los delitos que ocurren en la ciudad los cometen extranjeros y ponemos este dato sobre la mesa para arreglarlo, no para demonizar a nadie. Además, tenemos que limpiar Barcelona de okupas y tenemos que defender la propiedad privada como sea.
—¿Qué papel debe jugar la Guardia Urbana?
—No basta con poner más policía: hay que ponerla a patrullar por las calles. Queremos más presencia policial, sobre todo hasta que llegue la tranquilidad. Ahora los delitos son muchos más, pero no se contabilizan porque apenas hay patrullas. Además, tenemos a un Ayuntamiento que se pone, descaradamente, del lado de los delincuentes y los okupas y que, con ello, provoca un efecto llamada. También devolveríamos a la Urbana la unidad de antidisturbios, que seguramente sería lo primero que haría si llegara a la alcaldía. Esto, y hacer una auditoría al Ayuntamiento porque estamos convencidos de que se está tirando y malversando dinero. De hecho, tenemos a nuestra alcaldesa en los tribunales cada dos por tres...
Hay que ser coherente: hay gente que necesita el coche y no podemos ir contra ellos
Gonzalo de Oro-Pulido
Candidato de Vox en el Ayuntamiento de Barcelona
—Barcelona está en estos momentos inmersa en muchos cambios urbanísticos que afectan a al movilidad. ¿Apuestan por seguir en esta línea?
—Nosotros estamos por eliminar la zona de bajas emisiones: no es justo que entrar y/o circular por Barcelona sea para ricos. Además, queremos eliminar radares, ya que la gran mayoría tienen un fin recaudatorio, y devolver plazas de aparcamiento, porque hay zonas en las que no puedes aparcar ni pagando. Hay que ser coherente: hay gente que necesita el coche y no podemos ir contra ellos. Es que tanto vivir como circular por Barcelona no tiene que ser un lujo solo para ricos. También apostamos por ordenar los carriles bici y queremos romper una lanza a favor de las motocicletas, que hacen que Barcelona no sea un atasco permanente. Si todos los que vamos en moto cogieran el coche, Barcelona sería como Bombay.
—¿Están a favor de las 'superillas'?
—No, porque son un atraso porque lo único que consiguen es complicar aún más la circulación. Los semáforos también deberían estar puestos de manera que se pudieran ir enlazando, como antiguamente en la calle Aragón con la que podías cruzar Barcelona en 10 minutos. Hoy en día hay líneas de colorines por los suelos que nadie entiende y bolardos por todas partes que te rayan el coche. Conducir en Barcelona es muy complicado: no puede ser que tengas que estar más pendiente del velocímetro, los radares, los patinetes y las pintadas en el suelo que de conducir. Y todo esto tampoco es sostenible, porque con tantos atascos la contaminación no para de subir.
—En materia económica, ¿qué grandes propuestas plantean?
—Hay que hacer exactamente lo contrario a lo que se ha hecho. Por ejemplo, reducir el IBI para que las familias no vayan tan ahogadas y para que quienes quieran alquilar saquen sus pisos al mercado para que la gente deje de marcharse de Barcelona porque la vivienda es carísima. No podemos tener abandonado a lo que es el grueso de la economía catalana, el 'botiguer'. Hay que bajarle impuestos y tenemos que ayudarle, por ejemplo, con una ventanilla única desde el Ayuntamiento para hacer todas las gestiones con todas las administraciones. También necesitamos que el El Prat crezca para atraer turismo y para que los barceloneses no tengan que hacer escalas para ir a todas partes. Si la inversión no viene aquí, irá a otro aeropuerto. Además, tenemos que recuperar el turismo de calidad porque hoy en día hay mucho turismo que ni gasta ni aporta nada.
—En los últimos años nos hemos acostumbrado a que el Ayuntamiento sea un escenario de política de gestos…
—Barcelona debe dejar de ser politizada y por eso es tan importante que seamos la alternativa. Si la alternativa es el separatismo traerá que Barcelona sea la capital de la segunda parte del 'procés' y esto sería la puntilla para la ciudad porque necesitamos que las empresas vuelvan, no que se vayan más. Por eso es muy importante despolitizar Barcelona: a nosotros no nos compete romper relaciones con ninguna ciudad ni tener funciones de nación: tenemos que centrarnos en dar servicio a los ciudadanos.
—En todo caso, los sondeos apuntan que Colau puede volver a ganar. ¿Nos enfrentamos a cuatro años más de populismo?
—Nosotros vamos a luchar para que no sea así. Queremos encarnar el voto del sentido común, un voto para una ciudad que no esté preguntándose cada día si es española o si no, si somos una nación o no… Nosotros lo que queremos es que Barcelona vuelva a ser el motor económico y la envidia de España.
—¿La alternativa Collboni puede contribuir a ello?
—Es que Collboni es Colau, han gobernado juntos y son exactamente lo mismo. No es una alternativa, es un cambio de sillas para hacer exactamente lo mismo.
—En todo caso, ¿el votante del PSC desencantado puede ser un votante vuestro?
—Sin duda. Nos estamos encontrando cada vez más votantes del PSC, de la Barcelona obrera, que se dan cuenta que la única alternativa somos nosotros.
—¿Y el votante de Junts?
—Nosotros estamos capitalizando el voto de la Convergència i Unió moderada, porque su votante se quedó huérfano y ven que el único partido que encarna sus valores del sentido común, del orden, de la ley y de la familia somos nosotros.
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