La superficie quemada cae un 83% en un año «excepcional»

Respecto a la primera de estas «razones», ha explicado Quiñones cómo las condiciones meteorológicas previas a la primavera no daban perspectivas «halagüeñas», pero las lluvias de junio «revertieron» la situación de sequía. Las precipitaciones, ha apuntado, llegaron en los momentos más oportunos en verano. De hecho, los meses con más fuegos fueron entre febrero y mayo.

A ello ha sumado un descenso de los incendios vinculados a negligencias o accidentes, que pasaron del 30% de media a un 25%. Se mantuvieron, por el contrario, los de carácter intencionado, que fueron un 55 por ciento. Los datos, ha afimado, «reflejan la necesidad de seguir incidiendo en la concienciación sobre la necesidad de extremar las precauciones y evitar imprudencias».

Asimismo, ha remarcado la labor del operativo, al que ha atribuido el mérito de que el índice de conatos haya sido muy superior a la media. El 82 por ciento de los fuegos no pasaron de una hectárea de afección en una Comunidad «montañosa, extensa y con grandes distancias de unos puntos a otros». En los últimos diez años las llamas de esta limitada extensión fueron un 68%, ha afirmado Quiñones, quien ha aprovechado para remarcar que en 2023 se ha hecho un «gran esfuerzo» en el refuerzo de plantillas y tiempos de trabajo, con 145 millones de inversión asumidas por la Junta pese, ha dicho, a una financiación autonómica «injusta». «Mantener» este dispositivo de lucha contra los incendios «a cada castellano y leonés le cuesta más que a ningún otro ciudadano de otra comunidad», aunque «ahora parezca que las infrafinanciadas son otras», ha ironizado en alusión a los acuerdos del PSOE con Junts y ERC.

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Sea como fuere, 2023 cerró en octubre la campaña de riesgo alto de incendios forestales –que se extendió este año durante cuatro meses frente a los tres anteriores– como una de las tres mejores de la serie estadística de Castilla y León en casi 40 años. La superficie quemada alcanzó las 3.371 hectáreas –en el último decenio la media fue de 20.000–, y de ellas 795 eran arboladas, un 88% menos del promedio. No hubo grandes incendios –de más de 500 hectáreas arrasadas– lo cual no había ocurrido en una década. Además, no fue necesario activar a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el nivel 1 o 2 de peligrosidad se declaró la mitad de lo habitual.

«Autocomplacencia» y aspiraciones de «privatización» han sido los reproches que coincidieron en señalar desde la oposición en el debate posterior a la exposición del balance del consejero. «Tampoco se venga arriba», le ha replicado el socialista José Luis Vázquez, quien aludió a la «benevolencia del clima» como responsable de unos resultados favorables este año. El operativo, ha señalado, está formado por los «mejores profesionales de España» porque «tienen que trabajar» contra el fuego con el dispositivo «peor dotado». Argumentos que ha reeditado el dirigente de Podemos, Pablo Fernández, quien ha reclamado un «operativo todo el año» y que «cumplan con mayor celeridad» los acuerdos del Diálogo Social. «No han corregido errores» y gracias al clima «libramos», ha añadido. Por su parte, desde Soria ¡Ya!, Juan Antonio Palomar ha echado en falta «grandes avances» y ha deseado que este balance «sea así en años venideros».

«¿Este año es el clima y el año pasado, no? Es una incongruencia criticar todo y decir que nada ha cambiado. Es un dialogo de sordos». «Esto supera la capacidad de discutir intelectualmente», ha sentenciado en su réplica Quiñones.