Costes y gasto contenido merman el optimismo para una Semana Santa con «buenas» previsiones en el turismo

Las previsiones «son buenas», apunta Óscar Somoza, de la Asociación Zamorana de Empresarios de Hostelería, una de las ciudades más reconocidas por su Pasión. Aunque, la ocupación «no ha llegado a cifras de antes de la pandemia», puntualiza Luis Chico, presidente de la recién creada Asociación Regional de Empresarios de Turismo Rural de Castilla y León. Con margen para las habituales reservas de última hora, los días grandes -Jueves, Viernes y Sábado Santo- asegura que entre sus asociados por las nueve provincias están ya a entre el 75 y 85 por ciento de ocupación y confían en llegar al 90. Eso sí, cayendo al 70 el resto de días. Pero, añade, que «no» pueden darse por satisfechos con esos volúmenes, pues Semana Santa es un producto que «se vende» y deben volver a posiciones preCovid, que rozaban el lleno total.

Noticia Relacionada

Fonseca Morillo reivindica «la dignidad de la persona humana» y clama por la «integración» ante el reto migratorio

ABC

El pregonero de la Semana Santa de Valladolid pide «solidaridad frente a la injusticia» ante la situación de Ucrania y asegura que «nos jugamos una gran parte de nuestro futuro»

Las secuelas dejadas por el coronavirus no son la única dolencia que aqueja al sector. «Se ha dejado notar la crisis en todos los sentidos», subraya Luis Chico, sacando la calculadora. Luz, gasoil, leña, hipotecas, seguros... Entre un 22 y 26 por ciento más que hace un año, mientras sus tarifas también se han «ajustado, pero no a la realidad», con incrementos de entre el 8 y 10 por ciento. «No podemos imputar los gastos reales porque saldríamos fuera de mercado frente a otros competidores», precisa, a la vez que subraya que «el margen de beneficio es mucho menor» en un alojamiento rural, debido a los mayores costes. Sólo un ejemplo, apunta, los 93 euros al mes que paga por la línea de teléfono.

El «gran hándicap» es que en el sector «cuesta mucho subir el precio», puntualiza Ángel Carreras, presidente de la Federación de Empresarios de Turismo Rural de Castilla y León, quien asegura que los efectos de la situación económica ya se están notando «mucho». «Más que crisis, incertidumbre» sobre lo que pueda pasar es lo que lleva a un gasto contenido, señala, mientras sus costes no encuentran límite al alza.

Por el momento de cara a Semana Santa, superan el 60%, mientras ruegan que sus previsiones se hagan realidad y los días centrales puedan colgar el cartel de completo. Por ahora, lamenta, «el teléfono no está tan activo» para las reservas, después de unos meses de inicio de año «muy tristones». Lo que esperan también es que las empresas «vuelvan» al turismo rural, una vez que gracias a un convenio suscrito por la Federación con la empresa Eurona todos los alojamientos rurales puedan tener red vía satélite y «que no se repita la típica pregunta de ¿tenéis internet?».

En la hostelería, donde hay sitios en los que no pueden ajustar, como las cámaras frigoríficas, las cuentas aún son más apretadas. Así que con un «desequilibrio» entre ingresos y gastos, Óscar Somoza asume que «el balance no va a ser bueno, aunque la Semana Santa sea buena», sabiendo que en Zamora capital ya están a tope. Y lanza otra alerta: «En las últimas temporadas, tenemos mucha gente, pero con un consumo per cápita menor».

En las ciudades es donde antes se están llenando. «Los datos son buenos», apunta Piedad Sánchez, presidenta de la Asociación de Hoteles de Castilla y León. Confía en que «la mayoría» llegará al cien por cien, pues están notando que la demanda se ha anticipado y el 80% de las plazas tienen huésped anotado. «Se ve que la gente tiene ganas de salir», destaca. Eso sí, apunta, «mira mucho, hace sus cuentas...», aunque en los hoteles aseguran que están en cifras prepandemia, por lo que confían en que tras la Semana Santa puedan decir que esta vez «sí ha sido buena». Las que primero lo han notado, las capitales Patrimonio y aquellas con Pasión de Interés Internacional. Pero también en otras como Soria son optimistas y confían en «superar» el 95% de ocupación en la capital y las «localidades más turísticas».

«Poco dado a alharacas y triunfalismos», el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, Gonzalo Santonja, también cree que las previsiones son «razonablemente buenas».