Primer día del consumo en barra en Castilla y León: «Cada vez se ve menos miedo en la gente»

El consumo apoyado en el mostrador y de pie regresa como preámbulo de la normalidad en Castilla y León y aunque no a todos los hosteleros les ha afectado por igual la crisis del coronavirus ni todos tienen el mismo porcentaje de clientela amante de consumir en un taburete frente a los camareros, el gremio al completo celebra el paso a la fase 1 La pluralidad de situaciones dentro del sector hostelero castellano y leonés queda patente al consultar a los profesionales de la hostelería de una ciudad como Zamora, donde el abanico de casos es casi tan amplio como el de distintos tipos de negocio y clientela existentes dentro de ese amplio sector.

Hay ejemplos como los del ‘Café Aureto’, en la plaza de Viriato , donde la crisis les ha pasado de perfil. En cuanto pudieron sacaron del ERTE a todos sus trabajadores e incluso hace unos meses tuvieron que hacer nuevas contrataciones. El secreto está en que parte de su negocio se basa en la terraza y eso ha hecho que tampoco ahora noten tanto el paso dado ayer hacia la nueva normalidad. Aún así, el propietario del establecimiento, Aurelio Couso, admite que el uso libre de barra -que no es lo mismo que dar barra libre- puede beneficiarles en las horas punta, cuando a media mañana salen a tomar el café muchos de los funcionarios de la Diputación de Zamora, situada en las inmediaciones.

Para este hostelero, la relajación de las restricciones supone ante todo una mayor comodidad para los clientes, que ya se habían acostumbrado a separar sus mesas cuando rebasaban el número máximo permitido.

Menos noche

En lo que opina que no hay vuelta atrás en el cambio de hábitos horarios, sin apenas actividad por las noches, excepto el fin de semana. Si ese café apenas notó la restricción, el ‘Mesón Bayadoliz’ se situó en las antípodas . Ha cerrado once de los quince meses de la pandemia y al no disponer de terraza y ser un establecimiento de mucho movimiento y mucha gente de barra no ha reabierto hasta principios de este mes.

Al frente de este bar de ortografía discorde situado en una zona de pinchos y especializado en tapas y raciones de plancha está Quique Méndez, que explica que casi el 40 por ciento de su clientela era de pedir y quedarse en la barra o de pie, hasta encontrar una mesa libre. Por ello, la fase 1 supone una reactivación de su negocio, que tras su reapertura se vio obligado a adaptar para abrirlo también a la hora de comer y no sólo por la tarde-noche. Para él ha sido «un rollo» tener hasta ahora que obligar a la gente a sentarse ya que «en España los clientes de los bares somos de barra».

En la céntrica calle Santa Clara de Zamora, en un pasaje comercial, se ubica el bar ‘El Cachito’ y su dueña, Sonia Bailón, se congratula de la ampliación de aforo y la apertura de la barra, aunque el primer día no lo ha notado mucho. De hecho, como anécdota, ha tenido clientes habituales a los que otros días siempre tenía que recordarles que era obligatorio que se sentaran en mesa y en el primer día con la barra habilitada han optado por no usarla. Esta hostelera que lleva tres meses desde la reapertura, reconoce que «día a día se nota que la gente tiene menos miedo» y confía en que continúe el avance hacia la nueva normalidad. En esta época del año, el punto fuerte de su negocio, es la terraza y en ella al menos ya no tendrá que preocuparse porque en la mesa sean un grupo grande porque apenas hay de los que llegan a 25 personas, el máximo permitido ahora.