Malcolm McDowell: «Fue durísimo rodar con Kubrick, acabé con los ojos hechos polvo»

Malcom McDowell se encontraba ayer en Valladolid con motivo de la presentación de ‘La naranja prohibida’ , un documental dirigido por Pedro González Bermúdez para TCM, que rememora el controvertido estreno del filme en la Semana Internacional de Cine (Seminci), cuatro años después de su premier internacional, de la que precisamente este 2021 se celebra su 50 aniversario. El británico pone la voz en off al film, que trenza algunos de los recuerdos personales del intérprete con varios testimonios de quienes vivieron el acontecimiento en una ciudad de provincias que estaba en plena transformación y cuyo gran peso universitario había generado todo un movimiento en pro de la libertad y la modernidad. Un acontecimiento que, admitió ayer, le era plenamente desconocido al actor pero que aún así, cuando comenzó a leer el guion no se lo pensó dos veces: «Me dijo Jeff –su agente– ¡esto es increíble! Hay que hacerlo, y le contesté que por supuesto, ¿cómo nos lo íbamos a perder?», reconoce, recordando que cuando le contactó, él era «un actor muy joven e ingenuo y pensé que se trataba de otro Stanley muy diferente».

Confiesa a ABC que desde hace diez años no ha vuelto a ver la película -la última vez, con motivo de su proyección en Cannes por su 40º aniversario-, y que cuando ve a Alex es como si estuviera viendo a «un primo lejano». Aún así, no duda de que hubo un antes y un después de ese papel en su carrera: «Recibir una llamada de Kubrick es el sueño de cualquier actor».

Recuerda entre las «anécdotas» del rodaje la escena de la casa del escritor: «En el guion estaba descrita muy realista y cuando comenzamos a rodar vimos que no funcionaba, que no encajaba. Al final, lo que hicimos fue durante cinco días sentarnos en ese salón a hablar y en un momento me llegó a preguntar si sabía a bailar. Yo, que estaba ya aburridísimo, me puse a canturrear ‘Cantando bajo la lluvia’ y haciendo como que daba patadas en diferentes momentos de la canción y me di cuenta que Stanley se estaba partiendo de risa. Cuando llegamos a su casa lo que hizo fue comprar los derechos de la canción y me dijo: esa es la escena».

Kubrick descubrió a McDowell en ‘If’, la película con la que arrancaría la corriente del 'Free Cinema' de la mano de uno de sus principales exponentes, Lindsay Anderson, mentor del actor británico, a quien se le dibuja una sonrisa en su rostro cuando le preguntamos por él: «Lindsay lo significó todo para mí. Creo que era uno de los poquísimos directores a los que de verdad le caímos bien los actores». Él le enseñó el método inglés de actuación, «que se centra mucho más en la formación en las tablas del escenario teatral, y luego mucho de lo que he hecho ha sido a base de prueba y error. Cuando se ve ‘La naranja mecánica’ se nota que Álex me caía bien. Lo pasé bien interpretándolo».

Para McDowell, la violencia que se retrata en ‘La naranja mecánica’ es fundamentalmente «psicológica», pero no es una película que trate sobre ella como tantas veces se la ha encasillado: «Para mí, habla de la libertad de elección del ser humano, tan simple como eso». Además, opina que hay que contextualizarla en la época en que se hizo: «En aquellos años se estaba mostrando en nuestras casas la primera guerra televisada, la de Vietnam, y mientras comíamos veíamos imágenes de destrucción, de niños ardiendo... Y parecía que estabas anestesiado».

Cuando Stanley le entregó el libro de Anthony Burgess en el que se basa el film, lo primero que se planteó fue encontrar un estilo para abordar a Alex DeLarge «de modo que el público pudiera aguantar la película»: «No queríamos que fuera algo naturalista, sino exagerado en ciertos puntos. Estamos ante una comedia muy negra». Contaba entonces McDowell con 26 años pero a pesar de su juventud, cree que «estaba totalmente preparado» para «el reto»: «Era mi cuarta película y había trabajado de otra manera, pero me embarqué en esta sorprendente montaña rusa, y el rodaje fue toda una experiencia de aprendizaje».

‘La naranja prohibida’, a la que el artista se refirió también como «un regalo para la ciudad de Valladolid», llegará en diciembre al canal TCM, cuyo fin principal es llevar las grandes películas del cine clásico al público general. ¿Cree que a día de hoy se podría hacer una película de sus características?, preguntamos al actor al final de la entrevista: «En realidad, creo que para hacer un film de estas características necesitas. en primer lugar visión. y luego también el poder de un director como el que tenía en aquel momento Stanley Kubrick. Él decía que quería hacer una película y la hacía siempre que fuera rentable y los números cuadrasen. En ese sentido me dio pena que no pudiera hacer Napoleón. Creo que fue la gran película de Kubrick que no se pudo ver».