Emprendedores: de una idea a la realidad

Los proyectos elegidos dispondrán de entre tres y seis meses para realizarse y van a contar con una ayuda de 400 euros y el asesoramiento de un mentor durante todas las fases de desarrollo del mismo. El programa se compromete durante este tiempo a que todos los emprendedores aprendan con talleres presenciales y online, a que desarrollen todas sus habilidades para el futuro tanto de los jóvenes como de los proyectos que tienen entre manos, a organizar encuentros para conocer a gente con ideas parecidas a las suyas y, por supuesto, a difundir los logros conseguidos.

No todo corre a cargo de «Think Big». Los emprendedores tienen que realizar ciertas labores para que el trabajo y el esfuerzo sea mutuo y quede patente, como por ejemplo que cada uno planifique su proyecto, preparando y controlando el presupuesto, organizando un equipo de apoyo, utilizar las redes sociales para comunicar y compartir los avances de la iniciativa y dedicar mucho trabajo y esfuerzo, además de ilusión, para que el proyecto salga adelante.

Y en este camino se ha adentrado la autora de la iniciativa «DABDA: mu-Psica, emoción+arte» , Julia Collado, una segoviana graduada en psicología que tiene como objetivo crear un programa de intervención «para el tratamiento del duelo en familiares de pacientes oncológicos», una idea que surgió gracias a unas prácticas de psicooncología que realizó durante tres años: «en estas prácticas noté que trabajar el duelo en estos casos no es algo habitual y quise dar un enfoque a un problema que es importante cuando una persona pasa por la situación de pérdida de un familiar» afirma Julia, que quiere llevar a cabo este proyecto «con la colaboración de la Asociación Española contra el Cáncer. Ellos me ceden el espacio y mis tutores, psicólogos los dos, supervisarán mi trabajo». Julia tiene algo claro, sin «Think Big» hubiese llevado a cabo la iniciativa «pero no con el mismo enfoque. Simplemente hubiesen formado parte de unas prácticas, pero a partir de este programa va a ser algo que va a continuar. Espero que en un futuro llegue a ser una organización y tengo esperanzas de que salga adelante».

Otra de las iniciativas es el proyecto llamado «orquesta social» trata de que «a través de la música se consiga un incremento de los valores y una mejora de la empatía y habilidades sociales en colectivos de exclusión social», explica el coordinador de este proyecto que prefiere permanecer en el anonimato. «La idea surge gracias a otros proyectos similares en otras partes del mundo, como Venezuela o Inglaterra, que realizan proyectos bastante parecidos a mi idea, y tratando de sacar adelante la idea con los recursos de los que dispongo», admite el coordinador, que también afirma que «es complicado que salga adelante, pero siempre hay esperanzas» y gracias a este programa, sobre todo por la financiación y la formación, hay más posibilidades de que se pueda llevar a cabo. «Sin este programa no me hubiese planetado realizar este proyecto» afirma el coordinador, que empezó solo, pero ahora mantiene el contacto con otra persona que se sumará a la idea.

Por último. un caso diferente es el de Julio Gracia Gutiérrez, un vallisoletano que se ha adentrado en el campo de la ingeniería y ha querido «desarrollar un dispositivo capaz de aprovechar de un forma óptima los recursos para la generación de electricidad, reduciendo la contaminación producida para conseguir la misma cantidad de energía». Su sistema quiere que sea aplicable como sustituto de la gran mayoría de los sistemas actuales,

Estos son sólo algunos ejemplos de los 19 que hay en Castilla y León, unos proyectos de jóvenes emprendedores que buscan mejorar la sociedad a partir de sus ideas y que, con apoyo, formación y mucha dedicación, quizá en un futuro puedan formar su propia empresa con el germen de estas iniciativas y o que su idea pueda aferrarse a una gran compañía u organización. Hay tiempo, ganas y capacidad de superación. Con el apoyo de este programa y trabajo duro seguro que consiguen sus metas.