Mañueco, convencido de ir «por el buen camino» para liderar el futuro Gobierno

La senda viene señalizada desde el inicio y la meta es un Gobierno «en solitario» que requiere de «inteligencia y moderación» y del «diálogo con todos y hasta la extenuación», afirmó. Un proceso que abre con la batuta en su mano, rechazando el mando de Génova que marcó en 2019 las negociaciones con Ciudadanos y dejando claro a quienes se postulan como parejas de baile que no «cederá a chantajes». «No son negociables privilegios territoriales» que puedan reclamar las formaciones locales y «se equivocan si piensan que el PP de Castilla y León va a dar un solo paso atrás en igualdad», que «vamos a trocear las comunidades» o «romper lazos europeos que se llama vacunas, PAC o infraestructuras», aseveró ante las propuestas de Vox, que ya le ha exigido la derogación de la ley de violencia de género.

Así, convencido de que ese Gobierno en solitario podría ser más «eficaz y estable» que otros de coalición como el Ejecutivo central -«el que tiene Sánchez en España es débil y está fracturado», aseguró-, se propone negociar. «Si hay algo en lo que me siento especialmente cómodo es en el dialogo. Es mi forma particular de entender la política», aseguró. Y en esa línea, se citará con los partidos con mayor representación para hablar sin «líneas rojas, pero con grandes principios», que son irrenunciables» como el citado «no» en igualdad a Vox, tras pedir los de Santiago Abascal la derogación de la ley de violencia de género.

La hoja de ruta, dijo, el programa del PP como vencedor del 13-F y «a partir de ahí hablaremos». «Esto no va de sillones, sino de políticas concretas a favor de la gente. Se equivoca quien hace números y pide lo mismo que hace tres años, porque quien ha ganado estas elecciones es el PP», advirtió ayer a Vox que aspira a equiparar su situación a la de Cs cuando Mañueco cerró un Gobierno de coalición con la formación naranja en 2019. Entonces, las autonómicas las ganó el PSOE.

De cara a una negociación que se antoja polémica instó a los miembros de la Junta Directiva del PP en Castilla y León a no «contribuir al debate del ruido» en todo lo relativo a los posibles pactos. «Os pido serenidad y tranquilidad. En estos momentos es clave».

El «camino» parece complicado no sólo por la negativa de Vox a darle su apoyo en la investidura sin formar parte del Gobierno y del PSOE a abstenerse, sino porque aunque lo consiguiera no tendría mayoría parlamentaria para sacar adelante los acuerdos en las Cortes. Su tranquilidad radica en que, al menos, en el Hemiciclo se complica la posibilidad de una moción de censura, toda vez que a priori pareciera improbable que Vox se uniera a la izquierda. Así, «el próximo Gobierno no va a tener riesgo ni amenaza constante de una moción de censura», dijo en relación a la «espada de Damocles» que le ha acompañado en la pasada legislatura tras la salida de Ciudadanos de María Montero que dejó sin mayoría a la coalición al frente de la Junta. «Aquellos que apostaban por mociones y tránsfugas han perdido las elecciones». A PSOE, Podemos y Cs, aseguró, «les han dicho con claridad: ‘así no’».

«Los ciudadanos han hablado alto claro y quieren que gobierne el PP con diálogo y con acuerdo así voy a actuar», dijo. La cuenta atrás ya ha comenzado. El 10 de marzo se constituyen las Cortes, una fecha que podría ya dar alguna pista sobre posibles acuerdos. Quince días después se propondrá un candidato a la Presidencia de la Junta, si no obtiene la mayoría se abrirá un plazo de dos meses para un segundo intento de investidura. Si fracasara se repetirían las elecciones.