El mentor de «las Guerreras»

Además de dar clase en la Facultad de Ciencias del Deporte de la UCLM, es el director de la Escuela Nacional de Entrenadores de balonmano, es responsable técnico de la Real Federación Española y ha sido seleccionador absoluto y junior femenino. Sí, se puede afirmar que es el mentor de «las Guerreras» , el potente combinado nacional femenino de balonmano.

Este deporte y la docencia son las dos pasiones profesionales de Paco Sánchez, un bigardo de 1,90 metros, que a mediados de la década de los 70 jugó en División de Honor y llego a probar en el Atlético de Madrid de Juan de Dios Román . Luego, fichó por el Balonmano Jaén, donde fue cocinero antes que fraile. De jugador pasó a ser su entrenador en la temporada 1979-80. Después, llegó al Cajamadrid, donde precisamente tuvo a sus órdenes al portero Jorge Dueñas, actual seleccionador de «las Guerreras». En 1985, Paco se convirtió en el máximo responsable del balonmano femenino español. Tuvo que hacer una «remodelación brutal», con los Juegos Olímpicos de 1992 en el horizonte. Los buenos resultados llegaron con cuentagotas y, con el tiempo, «las Guerreras» eclosionaron: en los últimos Juegos Olímpicos (Londres 2012) lograron la medalla de bronce, fueron terceras en el Mundial de 2011 y dos veces subcampeonas de Europa (2008 y 2014).

«El éxito del balonmano femenino —asegura— se lo debemos a mucha gente. Es un colectivo y alcanzar la elite es muy complicado. Necesitas que coincidan dos o tres generaciones de al menos seis u ocho jugadoras de muy buen nivel, además de cuatro o cinco de buen nivel». «Cuando yo cogí el equipo, países como Polonia o Yugoslavia nos daban unas palizas brutales. Sin embargo, a partir de 1992 comenzamos a sacar la cabeza», recuerda.

¿Cuánto dinero habría dado Paco Sánchez por estar ahora al frente de «las Guerreras»? Tras una carcajada, responde: « Cada uno tiene su momento . Me alegro muchísimo de que Jorge (Dueñas) haya recogido la siembra».

Paco Sánchez fue también entrenador del Balonmano Ciudad Real (93-94) y todavía lamenta la desaparición de este gran equipo, al que quizá, dice, le faltó una estructura de «un club importante», con cimientos más robustos, como el Granollers.

Sus hijas y sus nietos son las otras grandes pasiones de Paco. Pero nadie en su familia ha seguido sus pasos en la senda del balonmano. Ya se sabe: en casa del herrero, cuchillo de palo.