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ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Diario de un jubilado en Nueva York (39): Oscura soledad

«Ir al oculista es recordar a mi madre, a la poesía y a Gabriel y Galán»

Saliendo del oculista H.B.

POR HILARIO BARRERO

Las citas médicas siempre a primera hora de la mañana, cuando todavía ni la luz ha afilado sus bisturíes ni la enfermera su adormecedora sonrisa. Hoy tocaba oculista, un oriental amable y delicado que, conociéndome, me habla del último viaje a Italia mientras me deslumbra ... la mirada, da la vuelta a mis pupilas y ciega mis ojos con gotas de oscuridad. Me avisa de un amago de cataratas, «cosa normal a su edad», y de falta de visión en el ojo izquierdo. Me da cita para dentro de seis meses. Y me desea felices fiestas.

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