Albares vuelve a una entrega de cartas credenciales junto a Felipe VI en ausencia del jefe de la Casa del Rey

Desde que tomó posesión del cargo como ministro en julio de 2021, Albares no había faltado a este acto. Esta dinámica, sin embargo, cambió a principios del año pasado, tras la llegada de Camilo Villarino a la jefatura de la Casa del Rey. Desde entonces, el ministro ha faltado a nueve entregas de cartas credenciales —incluida la del embajador de Argelia, clave en plena crisis diplomática— y ha dejado al Rey sin el respaldo político en la bienvenida a más de una veintena de jefes de misión.

La reaparición de Albares en esta ceremonia se produce precisamente en un día en el que Camilo Villarino se encuentra en Bruselas, en la reunión anual de jefes de Casas Reales europeas. El jefe de la Casa del Rey ha delegado su presencia en la secretaria de la Casa, Mercedes Araújo, quien ya le ha sustituido en alguna entrega de cartas credenciales anterior.

La reaparición de Albares llega en un momento en el que las relaciones entre Zarzuela y Moncloa atraviesan una etapa de fricciones y no son tan fluidas como desearía la Jefatura del Estado. Aunque el trato entre el Rey y Pedro Sánchez es cordial, los despachos semanales se han reducido, aunque cuando se producen son intensos y duran más de una hora. Aún así, el Gobierno utiliza la rebaja del refrendo ministerial como mecanismo de presión, hasta tal punto que el Rey se ha visto acompañado en no pocas ocasiones por cargos de menor rango. Como ocurrió durante el verano de 2024, cuando el Rey realizó una gira por los países del Bálticosin la presencia de ningún ministro.

Estas tensiones han aumentado desde que Villarino llegó al Palacio de la Zarzuela. Aunque la vuelta de Albares al Palacio Real podría interpretarse como un cambio en esta dinámica o un intento por parte del ministro de intentar reconducir su relación con el jefe de la Casa del Rey —que no pasa por su mejor momento desde antes de que Villarino llegase al Palacio de la Zarzuela—, también puede tratarse simplemente de un acercamiento de cara a la semana que viene, cuando el jefe de la diplomacia española acompañará a Felipe VI y a la Reina Letizia en su viaje de Estado a Egipto.

Las tensiones previas entre Albares y Villarino han provocado situaciones en las que el ministro ha mostrado su malestar por algunas decisiones de la Casa del Rey, mientras desde Zarzuela se han visto obligados a mantener silencio y disculparse. Así sucedió tras la ausencia de representación nacional en la reapertura de Notre Dame en París. Una ceremonia de alto nivel en la que España no tuvo representación. Entonces, el jefe de la diplomacia aseguró que nadie le había informado de la ausencia de España en este viaje, haciendo pública su disconformidad.