«Sabíamos que Tomás Gimeno era narcisista pero no podíamos imaginar que fuese un monstruo»

Con este perfil «había factores para pensar que podía hacer cosas atroces» , pero que «fuese narcicista o tramposo no era una garantía de que era un monstruo, ni mucho menos. Afortunadamente las sustracciones parentales por violencia vicaria, tanto de padres como de madres «no suelen acabar así».

A pesar de que la sustracción parental es más común de lo que se piensa, unas 350 al año según el cálculo ofrecido por Amills a ABC, «no todos los que se llevan a sus hijos lo hacen con la intención de asesinarles», eso es «algo que no podíamos imaginar».

Durante las primeras semanas, ellos mismos, Amills y la madre de las niñas Beatriz Z. siguieron la estrategia marcada por los profesionales de psicología de SOS Desaparecidos y escribieron cartas «pensando en todo momento que Anna y Olivia estaban siento cuidadas» y que se trataba «de un secuestro parental». Con el objetivo de hacer que Tomás Gimeno « diese un paso atrás» en sus intenciones y las devolviese sanas y salvas a su madre «tuvimos que ser muy discretos y prudentes».

«No podíamos generar un enfrentamiento sino lograr una intermediación», ha dicho a ABC, por lo que lo más adecuado para recuperar a las dos niñas era apelar a su corazón .

El más duro de los desenlaces, que Tomás Gimeno de las había llevado con la idea premeditarla de matarlas para hacer el máximo daño a su madre «es algo que nadie se podía imaginar , porque nadie piensa que una persona tenga esa maldad y eso nos hizo estar más convencidos que nunca de que las niñas estaban bien».

Las dos niñas asesinadas y arrojadas al mar por su padre en Tenerife fueron las víctimas de un plan para hacer «el máximo daño» a Beatriz, la madre de las pequeñas, en lo que se define como violencia vicaria . Estaba todo planeado al detalle, desde ir a buscarlas esa tarde, dejarlas para ir a comprobar el barco, e incluso mandarle un audio a Beatriz grabado por Olivia pidiéndole que fuese a buscar unos cuadros.

Con algunos de los datos que han sido recopilados por la investigación de la Guardia Civil, queda descartado que fuese un brote psicótico o algo hecho por impulso . Cambio el coche de titularidad, dejó dos tarjetas de crédito con sus PINs y a su perro en casa de sus padres, le entregó un sobre con dinero y una carta de despedida a la directora de la guardería, que también era su novia. Estos son algunos de los datos que se ofrecen en el auto y que reconstruye parte de los últimos pasos de Tomás Gimeno.

Los indicios apuntan a que mató a sus hijas después de grabar el audio que envió a Beatriz, en su finca de Igueste de Candelaria, y posteriormente las metió en bolsas de deporte y junto con diferentes lastres las trasladó en su coche hasta el puerto donde zarpó con su embarcación. El objetivo de lanzarlas al mar y quitarse la vida era provocar n su expareja el mayor daño que pudo imaginar, colocándola de forma deliberada en la incertidumbre de la suerte o el destino de Anna y Olivia y que sus cuerpos nunca fueran localizados.

Joaquín Amills ya no ejerce su parte como portavoz pero mantiene una relación y un contacto con la madre de las niñas. «Es una gran persona y solo tengo elogios para ella» por su persona, que « solo trasmite paz, amor y sobre todo con muchísimo coraje» .

A pesar del duro momento que estaba viviendo, con sus hijas desaparecidas presuntamente secuestradas por su expareja primero, y finalmente con el peor de los finales al localizar el cuerpo sin vida de la hija mayor Olivia y una bolsa vacía donde estaría la menos de ellas Anna, Beatriz siempre logró sacar entereza y dar las gracias , a los profesionales al cargo de la investigación, la tripulación del buque 'Ángeles Alvariño', los medios de comunicación y todas las personas que la apoyaban.