Kuric supera un tumor cerebral: «Estoy abierto a demostrar que todo es posible»

Han sido cinco meses de recuperación para vencer su particular «uno contra uno» con un meningioma que le detectaron en noviembre justo después de haberse perdido el partido ante el Laboral Kutxa por unas fuertes migrañas, el «francotirador de Indiana» retornó a las canchas ante el Valencia Basket el pasado 10 de abril y ya deslumbra desde más allá de la línea de 6,75 metros.

Kuric, de 26 años y 1,93 metros de altura, ha vuelto para quedarse y hace de cada día una nueva oportunidad. «Ya he podido hablar y ayudar a personas que han estado o están pasando por algo similar. Estoy abierto a demostrar que todo es posible», tras darle un jaque mate a la enfermedad.

—Ya ha jugados tres encuentros desde su regreso a las pistas una vez completada la recuperación del tumor. ¿Qué tal son las sensaciones dentro y fuera de las pistas?

—Tuve la suerte de poder regresar ante el Valencia Basket en nuestra cancha y el recibimiento de la afición fue increíble. Fue una sorpresa jugar tan pronto en el primer partido (entró cuando restaban apenas tres minutos para la conclusión del primer cuarto) y ver que entraron los tiros. Se juntaron muchas emociones porque no me creía que el primer tiro entrara. No me lo esperaba para nada y fue algo indescriptible.

—¿Cómo lleva la rutina de volver a sentirse jugador de baloncesto?

—He tenido que adaptarme poco a poco a la vuelta a las canchas, haciéndome a la rutina. La recompensa a todo el trabajo duro realizado durante más de cinco meses es sentirme uno más del grupo.

—Tras la operación, los médicos aseguraron que no jugaría hasta la próxima temporada, pero usted bromeó con sus compañeros con que estaría listo para la Copa del Rey en febrero. Casi cumple su pronóstico, pero regresó finalmente ante el Valencia Basket el pasado 10 de abril.

—Es cierto que los médicos señalaron que no volvería a jugar hasta la próxima campaña, pero luego me dijeron que podría ser en mayo. Me marqué el objetivo de volver lo antes posible. He trabajado muy duro cada día para lograrlo. Lógicamente, los plazos los cumplí, aunque un poco más tarde de lo que quería. En los entrenamientos previos sentía que estaba preparado para jugar, pero, obviamente, competir es distinto.

—¿Es consciente de que con su vuelta ha metido a su entrenador Aíto García Reneses en un follón, teniendo que descartar en cada partido a uno de los 13 jugadores disponibles?

—Aíto debe descartar a un jugador cada jornada, pero creo que eso nos hará más fuertes como equipo, ya que trabajaremos de manera dura e inteligente en los entrenamientos.

—Usted afirmó que su objetivo era regresar a la cancha al mismo nivel que se fue. ¿Cómo ha sido ese trabajo en la sombra durante cinco meses?

—He tenido que trabajar el equilibrio y la fuerza. Fue un periodo muy complicado, con muchas horas de puesta a punto. Ahora mismo solo tengo palabras de agradecimiento para los médicos, los preparadores físicos y los fisioterapeutas. Sin duda, el esfuerzo ha merecido la pena por volver a ponerme la ropa de juego.

—Su gran amigo Xavi Rabaseda bromeó con que los médicos no le tocaron "el cable de los triples", pero, a nivel defensivo, ¿está acusando más la inactividad?

—Xavi es un bromista. El tiro siempre es una rutina, eso va solo, pero la defensa cuesta más trabajo al principio y, evidentemente, cuando no estás del todo bien físicamente, pues se nota. De todos modos, si se fijan bien, me estoy esforzando bastante en defensa.

—Muchos medios de comunicación, compañeros suyos de profesión y aficionados asocian su nombre y situación con la palabra milagro. ¿Siente que fue así?

—Me siento agradecido, e incluso bendecido. Probablemente, milagro sea la palabra más acertada para definir lo que pasó, desde la primera operación hasta poder jugar, pasando por todo el proceso. Sinceramente, no encuentro la palabra exacta, pero milagro se acerca bastante.

—Su mujer dejó un mensaje muy emotivo en la red social Facebook después de la primera operación y, hace unas semanas, lloró tras su primer triple ante el Valencia Basket. ¿Le gusta recordar esos duros momentos con su familia y amigos o prefiere pasar página?

—Ya es pasado. Me gusta hablar con mi familia, pero no porque quiera recordarlo, sino porque hay momentos de los que no me acuerdo y ellos estuvieron presentes. Quiero conocer los detalles de lo que no recuerdo. Ahora solo quiero seguir adelante y demostrar que ya todo pasó.

—¿Entiende que ahora lo vean como un ejemplo de superación y sacrificio, incluso para personas con diversas enfermedades? ¿Siente ese plus de responsabilidad?

—Considero que soy un ejemplo de lo que puedes llegar a hacer cuando tu mente está en un estado positivo. Ya he podido hablar y ayudar a personas que han estado o están pasando por algo similar. Estoy abierto a demostrar que todo es posible.

—Quiso hacer la recuperación en Gran Canaria, una tierra con la que inevitablemente mantendrá un vínculo para siempre, pero termina contrato en esta temporada. ¿Seguirá en el 'Granca'?

—La decisión de recuperarme aquí fue fácil porque Gran Canaria no es mi segunda casa, puesto que hace tiempo que la siento como mi auténtico hogar. El lazo de unión es increíble. En cuanto a mi continuidad, no he hablado ni se me ha propuesto nada. Solo estoy centrado en el siguiente partido y en acabar bien la temporada.

—¿Qué objetivos se marca a nivel personal y colectivo para lo que resta de campaña? ¿Cómo valora el posible duelo de 'playoff' ante el Laboral Kutxa?

—El objetivo es ganar el siguiente partido y llegar en la mejor forma posible al 'playoff' ante el Laboral Kutxa o el equipo que sea. Si se produce esa serie ante el Baskonia, pues ellos ganaron en su pista y nosotros aquí (en la fase regular), por lo que será una muy dura. A nivel personal, quiero disfrutar de mi familia y de cada partido.

—Una curiosidad al ver su cara desde que llegó al Gran Canaria Arena: ¿Puede ser usted la persona que más alegre acuda a trabajar cada día en el Gran Canaria?

—Por supuesto. En el club y, quizás, en la isla. Valoro y aprecio mucho más cada detalle, esas pequeñas cosas que antes no tenía tanto en cuenta.