El temporal que llevó al PSOE a «refugiarse» en Siberia en tiempos de Zapatero

Febrero de 2009. La socialista Magdalena Álvarez , ministra de Fomento en los tiempos de Rodríguez Zapatero , puso rumbo a San Petersburgo, Moscú y Siberia para, supuestamente, aprender de cómo soportan allí la climatología invernal extrema. Había pasado poco más de un mes de un temporal de frío y nieve que desencadenó el caos en media España y que incluyó el cierre, durante horas, del Aeropuerto de Barajas.

En aquel febrero de 2009, el Gobierno de Zapatero recibió una oleada de críticas. Se le acusó de sonada falta de previsión, de incapacidad, de haber consentido un caos evitable. Y Magdalena Álvarez -secundada luego por Alfredo Pérez Rubalcaba - esquivó el golpe culpando a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El rifirrafe fue de órdago. Tanto, que la entonces oposición del PP cargó con dureza contra el Gobierno del PSOE, le pidió explicaciones, que compareciera en sede parlamentaria, que asumiera responsabilidades. No fueron los únicos en exigirlo y en criticar al gabinete de Zapatero, con la singular Magdalena Álvarez en el centro de la diana.

La Aemet, indignada , respondió a la ministra. Y ésta optó por poner rumbo a la fría Rusia, en un claro intento de campaña de imagen que le valió más críticas aún, por entenderlo fuera de lugar.

El caos que desencadenó aquel temporal de enero de 2009, en fechas casi idénticas a las que se ha producido esta última gran nevada que ahora apura políticamente al Gobierno de Rajoy , es uno más de una lista de polémicas por nevadas de órdago que acaban en caos circulatorio y de servicios públicos. Gobiernos de todo signo han sufrido las críticas con el paso de los años por episodios de este tipo. Y oposiciones -de todo signo también- han puesto el grito en el cielo contra el Ejecutivo de turno. A continuación, algunos ejemplos.

El episodio que acorraló políticamente a Magdalena Álvarez al frente del Ministerio de Fomento. Fue sonado. Un temporal de frío y nieve dejó un panorama desolador en las redes de transporte de gran parte de España: el Aeropuerto de Barajas, cerrado durante horas ; decenas de carreteras afectadas, un buen número de ellas cortadas, incluidas autopistas y autovías. En la madrileña M-40, numerosos conductores quedaron atrapados durante horas . La M-605 y M-612 (Comunidad de Madrid). La A-3, también en Madrid, sumida en el caos circulatorio. El teléfono de emergencias del 112 madrileño no dio de sí para gestionar las más de 16.000 llamadas que recibió en un puñado de horas. Medio centenar de accidentes de tráfico con heridos en las carreteras madrileñas, la región más afectada, pero no la única. La entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP), clamó contra el Ministerio de Fomento y el Gobierno de Zapatero. Rajoy, entonces jefe de la oposición, exigía explicaciones y que en el Gobierno central depurara responsabilidades políticas. Magdalena Álvarez, acabó en Siberia semanas después. Viaje de ida y vuelta en ministerial misión para aprender del frío. El viaje oficial desencadenó otra polémica, por excesivo y poco práctico.

El sucesor de Magdalena Álvarez al frente del Ministerio de Fomento, el socialista José Blanco , también tuvo que encajar críticas por los efectos de temporales de frío y nieve. Algunas le llegaron de su propia tierra, Galicia. En los primeros días de diciembre de 2010, la Xunta arremetía con vehemencia contra Fomento porque la autopista AP-7 , arteria carretera esencial en Galicia, permaneció sumida en el caos durante horas por otra nevada. Un año antes -se indicaba desde el Gobierno gallego- ya había ocurrido también. La ocasión demostró que la nieve vale para atacar en direcciones diversas. Frente a las críticas, el Gobierno central intentaba neutralizar el desgaste cargando contra los criterios de Protección Civil establecidos desde la Administración gallega, y, mientras tanto, a los nacionalistas del BNG les servía para atacar por igual a diestra y siniestra, tanto a la Xunta como al Ministerio de Fomento.

En Cataluña los temporales de nieve también han dado de sí en la historia política reciente. En 2001, el Gobierno presidido todavía por entonces por Jordi Pujol fue diana de críticas desde todos los frentes por el caos desencadenado por el frío y la nieve . El PP y el PSC pusieron el grito en el cielo y coincidieron en responsabilizar al «Govern» de Pujol. Los independentistas de Esquerra, por su parte, daban su particular visión del asunto: consideraban indignante que la incapacidad de la Generalitat hubiera hecho necesaria la intervención del Ejército para ayudar a los afectados.

Nueve años más tarde, en marzo de 2010, quien sufría las críticas por otro caos provocado por un temporal de frío y nieve fue la Generalitat del tripartito PSC-ERC-ICV presidido en ese momento por José Montilla . En 2001 había sido Montilla el que desde el PSC había liderado los ataques contra Pujol por lo mismo que ahora le tocaba responder a él, las consecuencias de unas nevadas de órdago. A primeros de marzo de 2009, la nieve y el frío colapsaron Barcelona, su provincia y la de Gerona. Miles de personas pasaron la noche atrapadas en autopistas, en trenes, en estaciones... La autopista AP-7 quedó bloqueada durante horas y, con ella, interrumpido este corredor viaria con Francia por La Junquera.