El ritual de las citas exprés de Rajoy y Sánchez

El breve encuentro que han mantenido este lunes, de apenas 30 minutos, ha sido solo una muestra más de las dificultades de diálogo que parecen perseguir a los dirigentes de las dos formaciones mayoritarias, estancadas en el bloqueo político impuesto por el «no» inamovible de Sánchez a una posible abstención en la próxima sesión de investidura del presidente en funciones. Tras la reunión, el líder socialista ha reafirmado la infructuosidad de la charla mantenida con Rajoy cuando, en la comparecencia ante los medios, la ha calificado como «prescindible».

Ya son más de 300 días en funciones, y la posición de Sánchez sigue siendo la del desprecio a la posibilidad de facilitar la investidura del líder del Partido Popular, el más votado en las dos ocasiones, en menos de medio año, en las que se han celebrado unas elecciones generales. El 23 de diciembre se produjo el primer encuentro entre los dirigentes, enmarcado en la ronda de contactos que inició Rajoy para tantear la disposición de los líderes del resto de partidos para llegar al acuerdo. Esta primera reunión se extendió poco más que la última : 45 minutos. Las impresiones de Rajoy al término de la charla fueron más optimistas que las de Sánchez, que ya espetó el primer «no» rotundo al líder popular.

La siguiente reunión no se produjo hasta el 12 de febrero, en plena negociación de investidura y con el boceto de acuerdo entre PSOE y Ciudadanos en marcha. El presidente en funciones ya había rechazado la propuesta de Don Felipe de formar Gobierno, y Sánchez buscaba apoyos fuera de la propuesta de coalición PP-PSOE-C's de Rajoy. La tensión entre ambos pudo palparse desde el inicio de la reunión, cuando Rajoy no alargó la mano para saludar a Sánchez , un gesto que, según afirmaron los dos protagonistas, se trató de un simple malentendido.

Fue tal la repercusión mediática del «no saludo» que en la siguiente reunión que mantuvieron, el 13 de julio, Sánchez y Rajoy alargaron el apretón de manos durante 34 segundos . En esta ocasión ya se habían celebrado las segundas elecciones en seis meses y el equipo de Rajoy permanecía en funciones mientras éste trataba de negociar el acuerdo que posibilitase la investidura. Para ello se reunió primero con Albert Rivera y Pablo Iglesias y, por último, con Pedro Sánchez durante una y cuarto. A pesar de la extensión de la charla y del documento de propuestas que el presidente en funciones puso en manos del líder socialista, la respuesta de éste siguió siendo la misma: «no» había posibilidad de abstención.

Tras un largo periodo de negociaciones, Mariano Rajoy ha conseguido hacerse ya con el apoyo de Ciudadanos, gracias al que gana 32 votos, y de Coalición Canaria, con el que suma uno, pero le siguen faltando seis síes en la primera votación u 11 abstenciones en la segunda para salir investido.